Misma escuela, diferente uniforme - Relatos Eróticos

Misma escuela, diferente uniforme

... porque eso me desmotivó. 
Subí los escalones hacia mi casa cuando de pronto, junto a mi puerta me encontré a Fernando y otro amigo, Axel. Ambos se veían ansiosos, como si estuvieran ahí desde hacía mucho rato. 
Cuando me vieron, sus ojos se iluminaron y, como animales, se acercaron a mi. Yo sin saber que se traían avancé hacia ellos. 
-De verdad lo hiciste. Pensé que Fernando mentía pero en serio te metiste al edificio de las chicas -dijo Axel. 
-Así es. No es diferente al nuestro, pensé que sería más emocionante -contesté, haciéndolos a un lado para pasar y abrir la puerta. Los tres entramos. 
-¿No sucedió nada interesante en tu día, entonces? -me preguntó Fernando. 
Yo me giré cuando en ese momento se abalanzó sobre mi y me besó en los labios. La sorpresa me paralizó al momento y, sin saber que hacer, me quedé ahí, de pie, aun con la mochila en el hombro. 
Como si Fernando supiera que yo estaba completamente shockeado, empezó a llevar la iniciativa del beso, metiéndome lentamente la lengua hasta hacerlo por completo e introducir su saliva. 
Su mano se fue hacia mi pecho, donde estaban mis senos falsos. Lo comenzó a apretar, llegando hasta mi pezón que comenzó a rozar y apretar lentamente con una mano, mientras que con la otra me rozaba las nalgas. Todo esto a la vista de Axel que cerró la puerta detrás de nosotros. 
-¡Vaya! Entonces de verdad le gusta que se lo hagan -dijo. Respiraba entrecortadamente, como si estuviera muy excitado. 
Fernando era de mis mejores ...

... amigos y por ende sabía que mis padres no estaban en casa y mi hermana no llegaría hasta más tarde. Sin embargo no sé que ganaba con aquello, con besarme y tocarme, pero de cualquier manera y para mi sorpresa, mi cuerpo parecía aceptarlo y yo no lo detuve. 
De nuevo el líquido pre seminal comenzó a manar de mi pene, empapando otra vez mis panties. Como una chica real, me estaba mojando por la excitación mientras un chico me besaba y me tocaba por debajo de la falda. 
Como si yo fuera un actor y me hubiera poseído el papel que interpretaba, comencé a besar de vuelta a Fernando y a tocarlo también. Primero su fuerte abdomen, luego sus musculosos brazos, tan diferentes  a los míos -Fernando estaba en el equipo de pesas de la escuela así como en el de natación-. 
Axel nos miraba, o mejor dicho, me miraba a mi con un sentimiento animal en los ojos, como si quisiera una parte de lo que Fernando estaba teniendo. Lo podía ver sobre el hombro de Fer. 
Me separé de Fernando un segundo. Lo tomé de la corbata y lo jalé hacia mi habitación donde me tendí sobre la cama en una posición muy sugestiva y comencé a morderme los labios. Él pareció no poder soportarlo más y se abalanzó de nuevo sobre mí. 
De nuevo comenzó a besarme, pero sus manos estaban mucho más ansiosas que antes. Escuché como se quitaba el cinturón y como se desabrochaba el pantalón. Rompió el beso y con sus fuertes brazos me dio la vuelta, poniéndome en cuatro sobre la cama. 
Yo sabía lo que venía. Mi mente decía que ...