Misma escuela, diferente uniforme - Relatos Eróticos

Misma escuela, diferente uniforme

... tenía que detenerlo, que esa broma ya estaba yendo demasiado lejos, pero mi cuerpo no me hacía caso. Parecía como si no estuvieran conectada mi mente con mi boca o mis músculos. Y yo sólo podía dejarme ir. 
Así en cuatro, sentí como Fer levantaba mi falda y hacía a un lado mis panties. 
-¡Demonios! Trae ropa interior de niña y todo. ¡Pensé que habías exagerado con eso!
-Claro que trae ropa interior de niña, porque es una niña al final de todo. Sólo buscaba un pretexto para mostrárselo a todos. 
Yo no decía nada. La verdad en ese momento no me importaba lo que dijeran de mí. Sólo quería que Fernando me cogiera de una puta vez. Quería saber que se sentía, como era, y que sucedería. Estaba seguro que luego de eso podría tomar control de mi cuerpo nuevamente. Pero en ese momento no me importaba nada, sólo que me cogiera, que me hiciera suyo, o suya, en todo caso. 
Llevó su mano a mi pene, que ya estaba muy húmedo y con ese mismo líquido pre seminal lubricó su erección. Yo estaba tan mojada que no le costó mucho estar lo suficientemente lubricado para intentar cogerme de una vez. 
Llevó su erección a mi ano y comenzó a presionarla contra mí lentamente, poco a poco. Yo seguía mojándome más y más ante el sentimiento de ser dominado por mi mejor amigo, por otro chico, uno más musculoso y fuerte que yo. 
Llevaba unos poco centímetros dentro de mí cuando comenzó a dolerme, pero, como si no le importara, siguió metiéndome su erección lenta pero seguramente, abriéndome a su paso, ...

... haciendo espacio para darse placer a si mismo con mi cuerpo. Yo sentía como el dolor subía por mi cuerpo hasta mi cabeza, pero pensaba que era normal, pues estaba perdiendo mi virginidad. Estaba perdiendo mi virginidad con un chico guapo y fuerte en mi propia cama. 
Senti entonces cuando toda su erección entró. Yo no podía creer que estuviera tan profunda en mi, y esa idea, de que todo su pene estaba en mi interior me hizo mojarme más. 
Comenzó a cogerme entonces. Lentamente, pero fue aumentando el ritmo conforme mi cuerpo se acostumbraba al movimiento. Mis pequeños gritos de dolor cambiaron por gemidos de placer. 
Me la metía y me la sacaba rápidamente, sujetándome primero de la cintura y luego de las colas de caballo que me había hecho en el cabello. Fernando estaba, literalmente, cabalgándome a pelo. Me montaba como a una yegua, y me estaba domando porque, de alguna manera, yo sabía que con cada embestida que me daba yo le estaba dando parte de mi masculinidad a él, convirtiéndolo en mi hombre. 
Me di cuenta que Axel nos grababa del otro lado de la habitación. Ya tenía su erección afuera también cuando le hice una seña para que se acerca a nosotros y cuando lo hizo, sin preguntarle o sin detenerme a pensar si estaba bien o mal, se la comencé a mamar. Él se puso a temblar al momento pero no se echó para atrás ni tampoco dejó de grabar. 
El video muestra como dos chicos están cogiéndose a otro mucho más menudo y femenino. Uno lo hace por el ano, y el otro por la boca. ...