1. La dominación de Karina


    Fecha: 28/11/2017, Categorías: Hetero Autor: etrusko, Fuente: CuentoRelatos

    ... pechos mientras se mordía el labio inferior, sobándolos sin mucha delicadeza. Apretándolos. Sus dedos eran cortos, y sus manos gruesas, aunque al tocar la piel estaban dotadas de una especial sensibilidad.
    
    Karina se dejaba hacer.
    
    Luna llevaba puesto un pijama de verano de dos piezas muy ajado, incluso sucio, nada erótico. Los colores abandonaron la prenda hacía años.
    
    Karina la tomó por las caderas para tocarla de nuevo tras dos semanas desde el último encuentro, pero cuando sus manos buscaban los pechos de Luna, ésta le apartó bruscamente las manos de su cuerpo.
    
    —Estáte quieta, puta. Me tocarás cuando te yo te lo permita.
    
    Karina no dijo nada. Luna sí le tocaba sus pechos y eso ya le suponía un gran placer. Una mano de Luna se adentró en uno de los senos, buscando uno de los pezones. Una vez localizado el derecho, comenzó a apretárselo con dos de sus dedos, poco a poco, pero cada vez más fuerte, y cuando notó que Karina gritaría de dolor, sin dejar de pellizcárselo, se abalanzó sobre su boca, hundiendo su lengua en ella y buscando la de Karina.
    
    Los sentidos de Karina se olvidaron del dolor del pezón y su lengua competía en fuerza con la de Luna. Empezaba a sentir como su sexo comenzaba a excitarse más de lo normal. Pensó que si seguía así el flujo de su coño mancharía su falda, pero realmente nada de eso le importaba en esos momentos.
    
    Luna se separó levemente de Karina, dejando su cabeza a escasos centímetros de ella. Ella siempre marcaba el tiempo de ...
    ... cuándo se empezaba y cuándo se acababa todo. Sonriendo. Le había soltado el pezón, pero esa sonrisa significaba que Luna estaba tramando algo, y ese algo seguro que sería placentero para ella.
    
    —Qué puta eres !
    
    —Luna, por favor, no seas tan mal hablada, no es necesario.
    
    Pero las quejas de Karina eran tan solo un hilillo de voz que hacían de reir a Luna y la dejaban aún más a su merced.
    
    De pronto, Luna quedó seria, y su perrita, como le gustaba llamarla en ocasiones, no sabía qué hacer. De pronto, y sin haberlo podido evitar, sintió como Luna le escupió fuertemente en la cara. Karina no hizo nada, solo esperar. Luna se mantuvo un rato mirándola, con unos ojos desafiantes, sabiendo que no sería reprendida por ella.
    
    Las manos de Luna restregaron la saliva por cara, cuello y pechos de Karina, para finalmente secárselas en la hasta ahora perfecta melena rubia.
    
    —Desabróchame la blusa, ¡vamos! - le instó Luna
    
    Se había cruzado una línea. Una vez más. Y ambas lo sabían. Desde ese momento, Luna confirmaba que su juguete preferido había vuelto.
    
    —Sí, - le contestó Karina. - Ahora mismo.
    
    Con tan solo dos botones que le quedaban a la blusa del pijama, en pocos segundos quedó Luna libre de ellos.
    
    —¿Te gustaría chuparme los pechos, perrita?
    
    —Sí, lo deseo, sabes que sí, cariño. Pero estás amamantando al niño aún, ¿no te dolerá?
    
    —Prueba a ver. Quiero que pruebes mi leche. Tienes una boca grande. Me darás placer.
    
    A continuación, Luna acercó un pecho a la boca ...
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