Perversos vecinos (Parte I)
Fecha: 01/12/2017,
Categorías:
Microrelatos,
Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos
... que yo, de cabellos oscuros y tez blanca, siempre estaba mascando chicle o fumando, de mirada inquieta y profunda, su cuerpo modelado casi a la perfección, algunos pequeños lunares y tatuajes le daban un toque personal, un detalle? Sus enormes tetas, créanme que eran algo extremadamente exagerado, eran más grandes que su cabeza, era imposible no mirárselas y perderse en ellas, incluso siendo mujer. Recuerdo que en alguna oportunidad me confesó los problemas de columna que le traían y lo incómodo que se sentía notar que todo el mundo se las mirara, pero como fuere, la verdad es que ella no las ocultaba demasiado y solía ostentar de esas bolas de carne.
Creo que fue a la tercera noche de mudarme, había llegado tarde de mi trabajo en la heladería y solo quería dormir, estaba exhausta, pero al llegar a la cama mis vecinos tenían otros planes, evidentemente su dormitorio estaba al otro lado, se sentía un continuo y repetitivo ‘tac, tac, tac’ de la cama golpeando contra la pared, gemidos y gritos, en especial de Paula, con una boca sucia que me hacía sonrojar, más que coger parecía que la estaban matando, se pusieron insoportables, molestos, yo solo quería dormir, y después de una hora sin descanso pensé que iban a darle toda la noche, al final montada en cólera tomé la almohada y mi fui al sillón del comedor.
Al día siguiente me dolía todo el cuerpo, había dormido mal y pocas horas, al ir a mi trabajo, me crucé de casualidad con Paula, tenía una sonrisa de puta complacida ...
... que no hizo más que recordarme lo bien que ella lo había pasado y con eso, lo mal que yo lo había pasado.
La noche siguiente la historia se repetiría al otro lado de la pared, pero no de este lado, yo estaba de buen humor y me metí en sus ruidos, se me hizo todo muy excitante, los gemidos, el placer, me imaginé en el lugar de Paula, montando a Adriano, mamándole la verga, empecé a tocarme y conforme a sus gritos aumentaban también aumentaba mi ritmo, enterré los dedos en mi hueco, estaba inundada, respiré profundo, fue todo muy loco pero tuve un terrible orgasmo. Al otro lado parecían no terminar nunca por lo que nuevamente dormí en el comedor.
Después de un mes acabé alternando noches de odio como la primera con noches de infinita auto satisfacción, como la segunda, pero parecía condenada a dormir en el sillón del comedor, las cosas así no podían continuar, por lo que me decidí a tomar al toro por las astas y hablar frente e frente con mi vecina con quien tenía una fluida relación, no éramos amigas pero si buenas vecinas, así que una tarde nos cruzamos en el pasillo y nos quedamos conversando, entonces aproveché la oportunidad y acercándome para poder hablar en voz baja le dije como quien no quiere la cosa
- Paula, no lo tomes a mal… tengo que pedirte un pequeño favor…
- Si, dime…
- Bueno… como decirlo… es que cuando tú y Adriano… ya sabes…
Ella miraba sin parecer entender y yo no quería se directa, por lo que me acerqué más todavía y se lo susurré
- ...