recuerdos
Fecha: 28/05/2020,
Categorías:
Incesto
Tus Relatos
Autor: jac, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
I
cuando tenía 18 años, recién acabados los estudios, estaba bastante indeciso en como seguir. No tenía una idea clara y tuve la suerte de encontrar una ayuda inestimable en mi abuela. Ella tenía creo que 50 años estaba viuda y tenía un cuerpo de cine. Más tarde que sus medidas eran 105-88-120, os podéis imaginar una mujer donde agarrar, pero sin estar gorda. Cierto día mi madre, que era digna hija de su madre y que, con 33 años y divorciada, me dijo que tenía que hacer un viaje a Zaragoza donde vivía una creo que prima lejana, que se encontraba enferma y necesitaba ayuda unos días. Acompañé a mi madre a la estación y en el camino me dijo que la abuela me esperaba durante esos días y que ella estaba encantada de recibirme. Mi mente me jugó una mala pasada a imaginarla desnuda. Antes de subir al tren, mi madre mi hizo las recomendaciones normales, me dio un beso rápido en la boca y se subió diciendo adiós con la mano. Observé su magnífica figura por detrás y solté un silbido silencioso.
Me fui a casa de la abuela. Cuando llegué me abrió la puerta la chica que la atendía, Melissa, creo que era de un país de Sudamérica, pero no recuerdo cual. Muy amable se echó a un lado y me saludó con una sonrisa y un buenas tardes. Pasé y en el salón estaba mi abuela, que se vino hacia mí. Iba muy ligera de ropa con un body que le cubría torpemente su hermoso cuerpo y que a mí me permitía admirar más aun su belleza. Hola Hijo mío, ¿qué tal estas. Siempre me llamaba así ya que habíamos ...
... estado muy unidos desde que nací. Muy bien abuela, algo triste, por el viaje de mamá. Ya te alegraré yo, tranquilo. Llamó a Melissa y le dijo que iniciaríamos la reunión cuando todo estuviese preparado. Me sonó raro, pero aún más el ver que la chica venía solo con un pequeño taparrabos blanco transparente que dejaba adivinar su vagina y el resto sin cubrir. Melissa me cogió de la mano y me dijo venga conmigo, La seguí hasta mi cuarto, donde dormía siempre que venía a ver a la abuela. Con todo cuidado y mimo me fue desnudando hasta que estaba como cuando nací. Me llevo al baño y me dio un baño reparador y relajante. Me secó y me dio un masaje con colonia por todas partes. Miró mi zona baja y no hizo comentario. Poco después estábamos de nuevo en el salón.
II
Iba de sorpresa en sorpresa. Mi abuela estaba también con una especie de taparrabos como el que llevaba Melissa. Puede admirar aún mejor su hermoso cuerpo y ciertamente no tenía las tetas caídas o colgantes, aún las conservaba erectas y apetecibles, ni un gramo de grasa, amplia cadera y adivinaba una vagina amplia y cálida. El vello vaginal aparecía como un corazón pequeño sobre el inicio de la vagina con el pelo teñido de color rojizo lo que daba una visión joven. Cuando Melissa me dejo al lado de mi abuela ella me preguntó que si tenía novia y que si había hecho contactos intimes con alguna chica. Sentía una gran comodidad y no me sentía nervioso, había confianza por lo que me gustaba el ambiente. Le dije a mi abuela que ...