Logré cogerme al entrenador hetero musculoso macho alfa del gym en complicidad con otro de mis compañeros.
Fecha: 02/06/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: LadoSensible.Blogspot.com, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... sobre su cara dándole mi boca a tragar y bajando y subiendo mi pelvis para penetrar su garganta. Mi verga entraba con dificultad pues el instructor se veía que no era muy hábil con esto y se atragantaba fácilmente. Igual que en lo anterior, mi compañero y yo cambiamos de pose, ahora yo me comía su verga y el recibía la mamada por parte del instructor después de haberle dejado unos buenos besotes.
Hicimos que el machote se parará para yo acostarme sobre el aparato para que el entrenador me mamara la verga mientras yo le mamaba la suya, haciendo un 69 perfecto y mi compañero le mamaría el culo, ya que, en esta pose, el entrenador dejaba expuesto ese rico culito. Yo solo sentía como el entrenador se retorcía y a ratos dejaba de mamar mi verga y cuando levanté la mirada, logré ver como mi compañero empezaba a tocar ese culito con sus dedos, recorriendo las paredes dentro de esas nalgas musculosas, lo que hacía que el macho se arqueara para atrás un poco, dejando mi verga suelta y emitiendo varios gemidos.
Con sus manos intentaba sacar los dedos de mi compañero, pero le era inútil, mi compañero estaba decidido a jugar con su orificio. El entrenador nos decía que eso ya era demasiado, que no se dejaría penetrar. Mi compañero parecía ignorar aquella suplica y pidiéndome que me levantara de donde estaba, acostó a nuestro macho boca arriba, levantando sus piernas en el aire, lo que hacía que aquel culo quedará aún más expuesto. En esta pose, nuevamente mi compañero le dio a ...
... mamar verga al entrenador, mientras yo me comía su verga una vez más pero ahora, mis dedos ensalivados jugaban con la cavidad anal de nuestro entrenador. Mis dedos fueron penetrando más y más las paredes de su culo y mi compañero ahogaba sus gemidos y quejidos metiéndole más adentro la verga.
Mis dedos parecían tener mantequilla, se deslizaban en los bordes de su culo y lo penetraban de una manera magistral. Solo podía ver que ponía resistencia en las piernas cuando se movía. Mi compañero lo había dejado bien dilatado, pues mis dedos se perdían adentro de aquel hermoso culo que apretaba delicioso, casi cortando mi circulación. Mi compañero también tenía bien sujetado de las manos a aquella montaña de músculos que estaba siendo objeto de nuestras más bajas paciones. Nuevamente cambiamos de pose para ser yo quien con mi verga callara aquel macho mientras mi compañero lo penetraba con sus manos.
Tenía la verga caliente y erecta y me comenzaba a doler, quería eyacular a la brevedad. En una de tantas meditas, vi como mi compañero tomo al macho por sus caderas y lo levanto un poco con un movimiento bastante brusco, lo que ocasionó que quedara como de perrito, dejando ese culo expuesto nuevamente. Mi compañero sin decir nada, fue quien le introdujo de un solo golpe la verga a aquel hombre. Solo vi cuando el entrenador frunció el ceño en señal de que aquella invasión le había dolido bastante. Mi verga nuevamente fue cómplice en ahogar aquellos ricos gemidos que mi compañero le ...