1. De cómo me convertí en el prostituto de mi familia, con mi propio tío a mis 17 años aunque fuera un chico hetero


    Fecha: 15/06/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: LadoSensible.Blogspot.com, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... estacionados así como si nada. Camine por un pasillito de piedras, o algo así, y en la entrada me esperaba un tipo algo desagradable. Estaba como con pijama, un pants gris y una camisa blanca bastante holgada, que ocultaba bastante bien su deterioro y descuido físico. Tenía algunas canas y ya hasta tenia entradas. Aquel hombre debería de rondar los 50 años. 
    
    Me asombré cuando aquel sujeto me preguntó por mis papas y que supiera mi nombre. Mi cara de confusión creo que le hizo entender que no reconocía a aquella persona. Me invito a pasar y yo accedí, más que nada por la curiosidad de saber quién era. Resultaba que este sujeto era un tío lejano de la familia al que, por alguna razón, habíamos dejado de visitar. 
    
    Al parecer a este sujeto le había ido bastante bien. Me platico un par de cosas y me pregunto cosas triviales de mi vida. Me invitó a quedarme más tiempo. Le dije que no podía porque me encontraba trabajando y tenía que regresar pronto. Me dijo que era una lástima, que generalmente se la pasaba bastante solo porque no tenía esposa o hijos que lo acompañaran. Le dije que era una lástima y que si no me encontrase trabajando le ayudaría a comer esas pizzas. Reímos ambos después de este mal chiste. 
    
    Me invito a que si quería, podía visitarlo el siguiente fin de semana. Le dije que sí, casi en automático, le dije que vendría el sábado pasando las 04:00 pm. El muy contento me despidió y me dio $500,00 de pura propina. Yo estaba feliz, asombrado y casi me da un ...
    ... infarto. Así como si nada me había dado esa cantidad en propina. O sea, la mitad de mi sueldo semanal me lo había dado en una propina. Mi campana de la ambición se prendió y sabía que tenía que ganarme a este tío a como fuera. 
    
    El día que paso todo esto había sido un martes, y cuando llegó el día sábado, después de salir de trabajar a las 02:00 pm, me fui a mi casa a bañarme y alistarme para visitar a mi querido tío. Mis papas ya no me daban permiso para salir, pues técnicamente, al pagarme casi todo yo, yo me mandaba solo, por lo que sobraban las explicaciones de a dónde iba yo a ir o con quien, y sobre todo, a qué hora regresaría. 
    
    Partí a ver a mi tío. Para no verme tan pobre, había prestado una moto en el trabajo y así no llegar a pie que ni para el Uber me alcanzaba, pues de donde vivía a la casa de mi tío era una buena cantidad que preferiría ahorrar. Me había puesto uno de mis jeans favoritos, que me marcaban unas piernotas y unas nalgotas perfectas. Llevaba una camisa medio entallada color celeste claro y unas botas mineras negras, que me daban un aire de motociclista ejecutivo. Algo así. También me había puesto uno de mis relojes finos, digo, para estar a la altura. 
    
    En la mañana, le había marcado a mi tío para preguntarle si estaba todavía en pie la propuesta. Me dijo que si, que ese fin de semana no tenía nada que hacer y que se iba a quedar en casa haciendo cualquier cosa. Antes de salir, le había mandado mensaje que ya iba en camino y más o menos en el tiempo ...
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