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Infiel con mi sobrino
Fecha: 03/12/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Milfantasy, Fuente: CuentoRelatos
... mis hijos, Jorge me siguió besando y acariciando mis tetas y nalgas. Llegamos a mi cama y de inmediato me aventó en la cama y se lanzó sobre mí acomodándose en medio de mis piernas. Sin decir media palabra me clavo toda su verga en mi rajita, cuando sentí su verga entrado me arrancando un fuerte gemido de placer, me penetro con mucha facilidad mi rajita está deseosa de volverse a sentirse llena. Susurrándome al oído que rica esta tía comenzó a mover sus caderas, sentía como entraba y salía de mi rajita, con un movimiento lento me estaba dando una cogida tan deliciosa que tanto extrañaba, lo comencé a besar y acariciar su espalda mientras le decía que rica cogida me estás dando Jorgito. Que lo llamara Jorgito no le gusto ya que comenzó a aumentar la velocidad y fuerza con la que arremetía a mi rajita, me dijo que ya no le llamara Jorgito que ahora ya es todo un hombre, estaba tan caliente que solo le respondí si mi amor eres todo un hombre antes de mis gemidos me ahogaran nuevamente. Eso éxito tanto a Jorge que movía sus caderas de manera eufórica taladrándome hasta ...
... lo más profundo de mi rajita, me estaba cogiendo tan duro y tan rico que tenía que morder mi labio para no gritar de placer ante el bombeo incesante de jorque que en ese momento me decía que era solo suya. Sus constates embestidas no tardaron en hacerme que mi cuerpo se comenzara a estremecer, mi rajita comenzó a palpitar atrapando con fuerza la verga de Jorge arañando su espalda mientras un fuerte orgasmo se apodero de mi. Que placer me estaba dando mi sobrino con su rica verga, al poco tiempo Jorge no asunto más y termino explotando en mi rajita llenándome de leche, ambos caímos cansados revolcándonos de placer en la cama Y como era de esperar no tardo ni 10 minutos cuando su verga ya estaba dura y con mi marido en casa de mi suegra gustosa le volví a abrir las piernas, esa noche cogimos hasta quedar agotados. Me dejo completamente satisfecha y llena de leche tanto que al día siguiente apenas podía sentir mis piernas por la tremenda cogida que me dio y no se diga de la recamara que tuve que cambiar todas las sabanas y abrir toda la ventana para que se fuera el olor.