El cuñado (Parte 1)
Fecha: 08/12/2017,
Categorías:
Gays
Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues
... traía consigo unas gafas oscuras. El camino a la playa fue levemente incómodo. Sentía mis mejillas sonrojadas, y de reojo notaba una traviesa sonrisa en el rostro de Robert. El lugar de destino se encontraba completamente vacío. Como ese lugar de la playa en donde nos quedábamos era residencial, no había demasiada llegada de gente. Punto a nuestro favor porque podría así era más tranquilo y con menos disturbios. Al llegar a las rocas comprendí que no sería un camino fácil. La parte inferior estaba llena de conchas y algas, y diversas cosas marinas de las que no me sé el nombre. La piedra estaba tallada por el golpe de las olas y le daba un aspecto quebradizo, filoso y resbaladizo. Habían ciertos puntos en que quedaba brevemente estancado debido a que mis piernas no eran muy largas. Pero Robert, que iba detrás de mí procurando que no me cayera, amablemente colocaba su palma en mi culo empujando para darme el impulso que me ayudara a continuar. Debo confesar que varias veces fingí que necesitaba ayuda para seguir. No sé si él lo sospechó, pero jamás protestó. Cuando llegamos a la cima, el aire marino acarició mi cuerpo de manera deliciosa. A 5 kilómetros, aproximadamente, se veía lo que era el centro de la ciudad costera. Hermosos edificios blancos se alzaban entre la arena y el cerro. Numerosas cabañas y casas salpicaban las colinas aledañas. La parte de la playa que estaba cercana al centro estaba atestada de gente. La cual disminuía a medida que nos acercábamos hasta donde ...
... estábamos nosotros. Me senté y dejé mis piernas colgando de la orilla. Calculo que estábamos a unos 5 metros del agua. -Ten cuidado, chico –me dijo-. No quiero llegar con un cadáver. Me matarían. Se sentó junto a mí. Muy cerca. Lo miré hacia arriba y me encantó ver su piel tocada por el sol y por el viento. Era, incluso, un poco mágico. Su brazo rodeó mi cintura y me atrajo junto a él. Apegó su nariz a mi cabello e inhaló. Cuando me soltó, miré a todas partes con miedo de alguien nos hubiera visto. -Tranquilo –sonrió-. Desde aquí nadie nos ve, aunque nosotros sí podemos verlos a ellos. Al parecer era cierto. La inclinación y la altura, hacía que mientras no estuviésemos de pie o muy cerca de la otra orilla, fuera difícil vernos. Mi corazón latió con rapidez. Decidí recostarme y mirar las pocas nubes que por ahí paseaban. Robert me imitó y se recostó de lado para observarme. Me acarició la mejilla y me sonrió. Me miraba de tal forma que no me era posible reconocer. No sabía si era ternura, alegría o… algo más oscuro. Su mano bajó por mi cuello y se posó en mi vientre. Comencé a sentir esa corriente eléctrica palpitando por debajo de mi piel. Su mano volvió a subir y esta vez se entretuvo en mis rojos y llenos labios. Acercó su rostro al mío y me susurró: -Gírate –mis ojos se cerraron de forma automática cuando su aliento hizo contacto en mi oreja. Me giré y quedé dándole la espalda. Empujó mi cadera de manera que mi culito quedara apuntando al cielo. Su mano cubrió mi nalga y ...