1. El pueblo de los placeres. Parte 1


    Fecha: 08/12/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: CaballeroGris, Fuente: CuentoRelatos

    ... agua. Al volver a su habitación se detuvo ante unas de las escaleras que subían a la parte superior de la lujosa vivienda.
    
    —Soy una mujer. Tengo mis necesidades. Necesito Un hombre. No aguanto más.
    
    Dejó caer el camisón y subió las escaleras, desnuda. Entró en la habitación de su sobrino y encendió la luz de la mesilla de noche. El resplandor hizo que Luís despertara. Cuando logró enfocar la vista pudo contemplar a su tía desnuda. Le miraba deseosa.
    
    —Hola Luis. Había pensado que apenas hemos charlado desde que me mudé. Las obligaciones nos tienen muy separados. Vine aquí a cuidar de ti. Se lo he prometido a tu madre. ¿Puedo entrar en tu cama?
    
    Luís notó como una salvaje erección se acercaba acelerada. Siempre dormía desnudo. Una tremenda verga esperaba a la tía Ana bajo las sábanas, a modo de regalo.
    
    —Por supuesto tita Ana, adelante.
    
    —Gracias pequeñín.
    
    Ana echó mano al paquete de manera inmediata. Llevándose la agradable sorpresa de sentir la polla enorme de su sobrino, Le sonrío.
    
    —Guau, se te ve muy estresado. Y se nota dónde se acumula el estrés. Ahora tu tita va a darte una sesión de relax. Quiero que estés sin estrés, será bueno para nuestro negocio. Tómalo como un servicio ...
    ... extra, en agradecimiento por haberme contratado.
    
    Tras la charla empezó a masturbar a Luís. Mientras su mano se movía de arriba abajo, y de abajo arriba, Ana le dio besitos por el cuello y pechos. Deslizó su lengua de pezón a pezón y de nuevo al cuello.
    
    Continuó masturbándole un poco más. Al cabo del rato se dejó caer hasta los pies de la cama donde inició una mamada a su sobrino. Su lengua recorrió los huevos y las venas marcada del pene de Luís. Ana estaba sedienta, necesitaba más y más. Sentía a esa polla como una especie de tótem. Era más mujer lamiéndola. Sería más mujer clavándosela.
    
    Así que se incorporó y comenzó a cabalgar.
    
    —Ummm eso es mi semental. Eres todo un semental. Ummm sí, eso es. ¿Te gusta cómo te monta tu amazona?
    
    —Síii, síiii, eres la mejor amazona.
    
    Pam, pam, pam, pam. Choques de carne, golpes en el culo de Ana, gemidos desproporcionados.
    
    Mientras en la puerta de la casa, una joven de unos treinta años, está sentada abierta de piernas. Tocándose. Excitada por los gemidos de Ana.
    
    Tras tener varios orgasmos, la chica escribe una nota y la deja sobre la alfombrilla de la entrada. A continuación, se dirige apresurada a su casa; frente por frente de la casa de Tomasa. 
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