1. El pueblo de los placeres. Parte 1


    Fecha: 08/12/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: CaballeroGris, Fuente: CuentoRelatos

    ... hasta casi posar su paquete en su agrandado y bello trasero. Reposó su mano derecha sobre el hombro derecho de su tía Ana.
    
    —Ven conmigo. Me siento solo en el pueblo. Creo que casi todo el mundo me odia. Y no sé por qué.
    
    —Yo sí sé por qué. Es un pueblo envidioso que odia a los forasteros. Confórmate con que no te hagan la vida imposible.
    
    Luís se acercó un poco más. Percibió la soledad de su tía. Supo entender a aquella mujer, entendió que se conformara con lo poco que le dejaba su negocio. Entendió el aburrimiento de una vida que solo espera que llegue la muerte. Todos los días tendrían que ser iguales, viendo atardecer tras ese castillo. Se preguntó cuánto tiempo hacía que no estaba con un hombre.
    
    Le agarró por la cintura y ahora sí pegó su paquete al trasero. No sabía por qué hacía eso, una fuerza que no controlaba le impulsaba a hacerlo. Como si su alma estuviera dominada por otra alma diferente a la suya.
    
    Su tía suspiro y echó un poco el culo hacia atrás. Luís se lo agarró por las nalgas, restregando su polla crecida bajo el pantalón. Su tía notaba el bulto y se movía para restregar todo su culo por ella. De repente se giró.
    
    Miró lacónica y triste a su sobrino. Le acarició la mejilla.
    
    —No me has dicho como está mi hermana. ¿Mamá está bien? ¿Participará de tu negocio?
    
    —Ella no quiere saber nada de aquí. Solo vendrá de vez en cuando.
    
    —Entonces necesitas una madre, alguien que se encargue de ti.
    
    Lo miró con ternura. Y se arrodilló. Llevaba unas ...
    ... faldas marrones largas, con una blusa azul marino. Clásica, como su entorno, como su vida. Acarició el paquete y desabrochó los botones de la bragueta del pantalón vaquero de Luís.
    
    Sacó su polla y la masajeo. Miró a Luís con una mueca inexpresiva. La polla estaba muy erguida. La lamió lentamente mientras la masturbaba.
    
    Luís estaba muy excitado, no lograba entender nada de aquello, pero se dejó llevar.
    
    Ana estuvo un largo rato lamiendo y engullendo la polla del hijo de su hermana, recreándose en cada momento. Al cabo del rato se incorporó y susurró un convincente "fóllame" al oído de su sobrino.
    
    A continuación, Luis le arrancó la ropa. Le destrozó la camisa y le sacó la falda. Ana se quedó en medias negras y braga y sostén blanco. Le arrancó el sujetador y le lamió las pequeñas y aun elegantes tetas. Ella le empujó sobre el sofá y se quitó las bragas, dejándose las medias puestas; las cuales acababan en la mitad de sus muslos. Bellos muslos, veinteañeros muslos.
    
    Ana se acomodó sobre él. Quedando sus cuerpos muy unidos. El calor del cuerpo femenino que tenía encima, proporcionó a Luís un calor familiar agradable. Ella empezó a moverse y a gemir silenciosamente. Solo se oían los choques de las carnes en cada bajada. La polla entraba y salía del coño de Ana al buen ritmo que ella daba en su movimiento.
    
    Luís se llenó de sus muslos y de su trasero. Lo agarró con firmeza mientras ella aumentaba el ritmo.
    
    Ana se incorporó y se colocó en el sofá como una perrita. ...