Mi maestra de Naturales - Relatos Eróticos

Mi maestra de Naturales

Buenos días, mi nombre es Alfredo y les voy a contar como durante la secundaria, fui seducido por mi maestra de ciencias naturales, con quién perdí mi virginidad y me hice hombre. Debido a ella, ahora soy un fanático del sexo anal. Cursaba el año de 1991, cuando entré en primero de secundaria, me gustaban varias niñas, entre ellas Rocío, quién me traía loco.
Ya para entonces, me masturbaba y hojeaba una que otra revista para adultos, en todo ese tiempo, no tuve novia ni nadie que se interesará en mí, yo era muy rebelde y muy desmadroso.
Yo no era tan buen estudiante y le sacaba canas verdes a todos los maestros, reprobaba casi todas las materias, hasta educación física y artística, para luego recuperarme en los exámenes extraordinarios.
Así pase al siguiente año al salón B, donde me tocaría ciencias naturales con la maestra Lilia.
Todos le decían la ojitos, porque tenía un tic que le hacía fruncir mucho sus ojos al hablar, morena, de cabello negro y corto, a quien yo personalmente encontraba muy atractiva, se me figuraba una mujer costeña o jarocha, espalda recta y firme, cuello alto, delgada, hombros simétricos y un trasero delicioso y bien formado, sólo que nadie se daba cuenta de ello,  ya que eran muy imberbes y aún no soñaban con una mujer, además de que a las clases, asistía con vestidos y faldas olgadas que no le ayudaban en lo absoluto.
Pero yo, de alguna manera intuía que debajo de esas faldas, había una mujer torneada y en edad plena o ideal, que debía ...

... disfrutar de su sexualidad. independientemente que en su materia yo era el único, junto con otros escasos compañeros, que íbamos bien, pues tenía gusto por las ciencias naturales y en especial, por la maestra...
Al finalizar segundo año y obtener mi pasé a tercero, yo era el favorito de la maestra, me trataba sin regaños y me pasaba con facilidad, situación contraria a la de mis demás compañeros. Al iniciar tercer año comenzó a darse un cambio radical en ella; de vestidos largos, comenzó a llevar pantalones sastre entallados, siempre de colores claros, ya no usaba esos sacos raros que le tapaban el trasero, fue ahí cuando confirme mis sospechas del maravilloso trasero que se cargaba y se convirtió, en una obsesión para mí.
Siempre me sentaba hasta atrás, pero ahora, que había llamado mi atención, era el primero en la línea de hasta adelante. No sé, era mi impresión, o ella ponía especial atención en mí, ya que al dar la clase, se dirigía sobremanera a mí, como si fueran clases particulares, para todo ésto,  yo ya me masturbaba pensando en ella y me tocaba en el salón de clases mientras la observaba de espaldas, escribir en el pizarrón moviendo naturalmente su trasero, su ropa interior,  se transparentaba a través de sus pantalones blancos ajustados,  los pliegues de sus nalgas eran perfectos y me excitaba pensar, que algún día los tendría encima de mí.
Una vez soñé que le hacía sexo oral, y pesar de que jamás había estado con una mujer, sexualmente hablando, pude imaginar en mi ...