1. El esclavo romano


    Fecha: 27/07/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Máximus, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... muy buen estado de salud. Es fuerte y ágil, podría desempeñarse muy bien en labores de campo o construcción. 
    Decía el vendedor mientras señalaba con una varita al muchacho picándolo levemente en los brazos, las piernas y el pecho. El muchacho trataba de sacudirse cada que el palo tocaba su piel desnuda, y mostraba los dientes casi como gruñendo. Tengo que decir que el chico tenía grilletes solo en las piernas, por lo que sus brazos estaban libres. Pero de nada le serviría escapar, ya que los guardias lo capturarían rápido y podrían llevarlo al coliseo a morir. Y él, por mas odio que sentía, obviamente no quería morir. 
    -Es medio salvaje este niño. Pero no hay nada que no se arregle con un poco de disciplina.
    Dijo el vendedor y le soltó un varazo sonoro en la espalda. El muchacho soltó un aullido bajo.
    -¿Cuánto dan por él?
    Yo me adelanté entre el gentío y grité.
    -Muestra sus atributos. 
    Toda la gente gritaba que si, y el hombre sonrió maliciosamente. Después le pidió al muchacho que colocara sus brazos tras la nuca y el chico así lo hizo. El chico tenía unas bonitas axilas velludas. Luego el hombre arrancó de un tirón el taparrabos del chico, el cual se puso rojo de vergüenza y tapó con rapidez su pajarito dormido con ambas manos. El vendedor molestó le dio un golpe duro en las manos con la varita, y el muchacho, rojo, con la mandíbula apretada, y los ojos cerrados para no ver al público se llevó nuevamente las manos tras la nuca. 
    Era un pajarito de muchacho hermoso, ...
    ... sin circuncidar, que estaba empequeñecido por la vergüenza y el frío. Tras su verga se veían los huevos, esponjosos y de un color más oscuro que el resto de su piel. Para mi sorpresa sus bolas eran bastante peludas, y el vello púbico era bastante. Era un muchacho con verga de hombre. 
    La gente aplaudió y silababan haciendo que el esclavo empezara a contener lágrimas de pena. Yo hice un ademán con la mano y el vendedor entendió. Tomó al chico por los hombros y lo giró de espaldas al público. Mostrándonos un par de enormes nalgas igual de peluditas y muy apetecibles. Mi verga despertó de inmediato al ver aquel manjar que podría comerme. El vendedor tomo una nalga con cada mano y las separó ante el público mostrándonos un diminuto agujerito rosado cubierto de vellos negros.
    La gente que veía hacía señas obscenas con sus manos, simulando penetraciones. Tenía yo mucha competencia para vencer.
    -Ni una sola verga y no un solo dedo ha entrado en este culito.
    Gritaba el vendedor mientras estrujaba las nalgas del chico quien las apretaba de vez en cuando ocultando su ojito del culo por pocos segundos.
    -¿Cuánto por este joven?
    -Yo doy quinientas monedas de oro.
    Grité y como nadie era más rico que yo en la venta el vendedor grito: 
    -¡Vendido! 
    La gente me aplaudía y me decía cosas mientras subía a la tarima apagar y recoger mi premio:
    -Comparte
    -Que verga tan suertuda la tuya hombre. 
    -Le van a reventar las nalgas al muchacho jaja
    -No lo vayas a dejar embarazado.
    Pagué las ...
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