Alejandra, Andrea y yo
Fecha: 09/12/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: amarillo, Fuente: CuentoRelatos
Mi señora tiene 38 años y yo 46. Nos casamos cuando ella tenía solo 19 años. Es una preciosa mujer de 1,70 m, pechos talla 95 y un trasero que me vuelve loco y al cual pude desvirgar luego de varios años de casado.
De más está decir, que no había tenido muchas experiencias sexuales en su juventud y que las mismas se limitaban a franelas interminables con noviecitos de su edad.
Al inicio nuestra relación fue más bien turbulenta en la cual me dedique a tratar de enseñarle los placeres de la vida, internándonos por días en secciones de buen sexo, luego ingresamos en un periodo de calma, pero lentamente empezaron a surgir ciertas fantasías.
Una de ellas era compartir nuestra actividad sexual con un hombre u otra mujer, que por otro lado esto último eran mis deseos más ocultos. Así fue como en los días en que ella se sentía más cansada, normalmente los finalizábamos con ella haciéndome la paja (la había educado bien de como satisfacer a un hombre y una de sus especialidades es masajear los huevos y hacer subir el semen hasta vaciarte todo), a esta actividad le fuimos agregando algunos relatos eróticos en los que comenzó a jugar en mi mente mi cuñadita, que está muy buena, tiene 6 años menos que mi señora. Pese al disgusto de esta por ser su hermana de a poco se fue soltando, y la íbamos alternando con otros relatos de amigas de mi señora, la mayoría de ellas maestra que es su profesión. El tiempo paso y por viaje de negocios tuve que ausentarme de mi casa por un par de ...
... días, allí se me ocurrió la idea de regalarle un consolador. Para mi sorpresa el regalo resulto todo un éxito y ese precioso instrumento sirvió para recrear un sin número de fantasías, mi señora se fue poniendo más cachonda y más abierta a realizar ciertos jueguitos así fue que la obligue a "robarle" la ropa interior a mi cuñada una vez que fue a su casa. Al principio se hizo la indiferente, pero para mi sorpresa, a la noche lucía una diminuta tanguita de color blanca, perteneciente a Cecilia mi cuñadita.
La diferencia de envergadura física entre ambas hermanas es significativa, estos hacia que le resaltara más el culo y prácticamente la parte posterior parecía un hilo dental, ante ese panorama la obligue a posar para mí y se hizo una paja fenomenal con el consolador mientras yo la observaba a pocos centímetros de tal espectáculo, del cual emanaba un intenso olor a hembra, esto me fue calentando y me puso la verga tiesa, le dije que se ponga en cuatro, en posición de perrito, lo cual accedió rápidamente, al tocar la bombacha esta estaba totalmente húmeda, le introduje un par de dedos dentro de su sexo y efectivamente este estaba empapado y ella sumamente excitada, estaba regalada, mi calentura fue en aumento y le corrí de una la tanga y le conduje mi sexo de una hasta el fondo... empecé a sentir como su flujo corría e iba a parar a mis huevos, lo que me calentó más e hizo que me mojase un dedo en el y le penetrase la cola, dio un brinco... intento quejarse, pero no la iba a ...