Alejandra, Andrea y yo
Fecha: 09/12/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: amarillo, Fuente: CuentoRelatos
... dejar escapar tan fácilmente, con mi picha hasta el fondo de su vagina y un dedo juguetón en el interior de su recto.
Con el tiempo, conocimos a Andrea una maestra, morocha, no muy linda pero atractiva, con esas caras de chupar pija hasta los huevos y cuatro años menor que mi señora, lo que más me atrajo de ella fue su cola, que estaba enfundada en un jean y marcaba perfectamente unas diminutas braguitas, mi pene se puso duro al instante… y para mí ese orto era una escultura a conquistar, comencé a pensar a diario en él y casi le exigí a mi señora que lo incluya en sus relatos fantásticos.
Por razones laborales, iniciamos un pool, con ella en el mismo auto y para mi era un placer mirarle por el espejo sus piernas, ya que normalmente viste polleras. Demás está decir que empezó a ser el centro de mis fantasías, pese a que mi señora se resistía, me fui enterando que le gustaba usar bombachas diminutas y que el marido estaba ocupado laboralmente y que cumplía sus obligaciones maritales en forma esporádica, e incluso me confesó que de charla entre mujeres, esta había manifestado que este le exigía su cola, pero que solo una vez lo habían intentado sin éxito ya que le había dolido mucho el intento y su marido se había tenido que quedar con las ganas.
Un día por razones laborales concurrió a casa, la casualidad quiso que en mi casa no hubiese nadie ya que mis hijos se habían ido a pasar el fin de semana a lo de mi suegra. Mi señora y Andrea se pusieron a trabajar en el ...
... living y yo me puse a ver TV, en la misma había una película medio subida de tono lo que provoco que me fuera calentando.
En un momento ingreso a la pieza mi señora y yo estaba muy caliente, esta vestía una remera sin mangas y una pollera no muy corta, lo primero que hice fue abalanzarme sobre ella y empezar a sobarle las tetas, Alejandra me dijo que la cortara que estaba Andrea, yo entorne un poco la puerta... y al oído le dije "una metidita rápida"... cuando quiso acordar ya la había puesto contra una de las paredes y había introducido directamente mi mano derecha por abajo del vestido, sobrepase una diminuta tanga roja y le había introducido un dedo sobre su vagina, un beso de lengua apasionado la termino de desarmar. A los pocos minutos, la hice arrodillarse, me desabrocho el pantalón y la hice meterse el pene al mango y le dije que le iba a hacer una paja en su boquita... la calentura era tal que nos olvidamos de Andrea.
Para nuestra sorpresa empezamos a sentir unos gemiditos, al principio imperceptibles y luego más audibles, al dirigir la vista hacia la puerta entreabierta, observamos a Andrea, próxima al marco de la misma, que tenía, su falda subida y sus dedos metidos por debajo de una tanga color negro masturbándose. Yo casi le estallo a mi esposa de felicidad en su boca ante aquel espectáculo impensado hasta unos minutos antes. Alejandra se incorporó y se dirigió hasta el marco de la puerta, la tomo de la mano y la introdujo dentro de la pieza, la sensación fue ...