1. Perversiones consentidas


    Fecha: 29/07/2020, Categorías: Primera Vez Tus Relatos Autor: Géminiskuri, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... alborotado como un nido y babeando el brazo en que se apoyaba, debajo las piernas abiertas podía ver hasta los pelos largos de su pubis y más arriba como colgaban cuál melocotones sus pequeños senos atrapados por los botones del apretado vestido.
    
    Una de esas tardes de sueño y por la confianza que habíamos adquirido, me fui debajo de la mesa y sin más, le comencé a lamer la teta por encima del vestido. Ella no reaccionaba y yo dale chupo casi apoyado en sus muslo. Ella medio adormitada se incorporó y sacó sus dos senos y volvió apoyar la frente sobre sus brazos para dormir.
    
    Eran unos senos bellos, bien formados coronados con aureola y pezones cafés, duros y olorosos a polvo de bebé. Me pegué como ternero huérfanos a ellos. No le importaba si los mordia o irritaba mi succión. Allí me quedé dándole lengua hasta que me aburrí dejando el ambiente lleno de su fuerte olor sexual.
    
    Una noche le dijo a mi mamá que si la podía dejar dormir en mi cuarto para estar más cerca de la niña, pues se trasnochaba toda la noche pendiente del llanto o llamado de la bebé. 
    
    Mi madre la miró reflexiva y le dijo: -A mi hijo Esteban lo tengo prometido como Sacerdote, en mi familia es una tradición tener curas y monjas. Por lo tanto, te pido el favor de nada de malicias y obscenidades de trato ni de palabras, son inaceptables.
    
    "Si doctora, no faltaba más, no hago otra cosas que cuidar a los niños con cariño"
    
    -Te agradezco y serás bien recompenzada por tu dedicación. Mete tu cama en ...
    ... el cuarto de Estaban y la cuna.
    
    Y enseguida se puso hacer su traslado. Esa noche me llamó y me fui a dormir con ella, me besaba, me echaba cuentos, me amaba y decía que era su príncipe. Yo no sabía que era eso, era un completo analfabeta sin saber escribir ni leer como lo era ella. Se esperaba que el año siguiente entraría en la escuela primaria y apenas íbamos por el mes de marzo de 1972.
    
    Me dijo que los príncipes eran unos reyes chiquitos como yo, cuando crecían se les llamaba Rey. Lo dijo con tal convencimiento que era para mi una verdad irrefutable.
    
    Entonces yo le dije que ella era mi Reina, y hicismos el amor como se podía con mi pequeño trozo de verga, ella sola se mataba en esa acción de búsqueda de placer, pero cuando me preguntaba, le respondía lo mismo: "No siento nada".
    
    Lo cual nunca mermó su interés de buscar y darme placer. De todo, lo que más me emocionaba eran su cuerpo desnudo, sus nalgas y senos, que disfrutaba a mi antojo de noche o de día. 
    
    Al mes ya éramos unos amantes encerrados en nuestros impulsos y sentidos. Ella comenzó hacer amistades y aveces salía un corto tiempo de compras o platicar con alguna vecina del mismo oficio.
    
    Así pude conocer a la empleada de dos casas de mi casa, una niña de doce años, blanca y de pelo amarillo y crespo, senos pequeños y una boca grande y ojos cafés. Era muy atractiva y silenciosa.
    
    Supe una noche por Eufemia que era de un poblado de blancos cerca de su pueblo de negros y estaba de aya de una niña de ...
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