1. Barbería, Folladero 1 y 2 de Wakandia


    Fecha: 11/12/2017, Categorías: Gays Autor: Tothem, Fuente: CuentoRelatos

    ... que si quería verlo podía observar, pero tenía que quedar entre ellos. Picado por la curiosidad accedió y a través de un agujero en la pared que le indico la señora, excusándose que dicho agujero estaba por si había problemas, no se pensara mal, eso sí, por eso le pidió un dinero extra. Por no discutir José abono el importe.
    
    Era una pequeña sala con un butacón como el de un dentista, vio que el señor se había quitado los pantalones y los calzoncillos junto los zapatos. Sentado presentaba una erección considerable y apreciable a su vista ya que se posiciono con sus piernas sobre los reposabrazos como si de una embarazada ante un ginecólogo se tratará. Con sus testículos peludos colgando y su pene erecto esperaba. Apareció la chica con pantalones de chándal y camiseta, llevaba una botella de aceite corporal y le impregnaba su miembro al mismo tiempo que preguntaba:
    
    —¿ Cómo lo quiere?
    
    —Cúrralo todo niña, pon ganas en la parte del ojete, aunque no olvides de trabajar las bolas y el fierro.
    
    El aspecto del señor en esa posición con las piernas levantadas y los calcetines puestos impresionó a José. Pudo observar que la chica empezó a aplicar un leve pajeo de arriba abajo unidireccional, para después pasar a pajeo con volteo circular de pene, como si fuera el mando de una vídeo consola. Los ojos del ingeniero se volvieron estrábicos, sus manos intentaron tocar a la chica, la cual algo molesta dijo “a ver si se creía que era una puta”. Ante tal actitud no sabía qué hacer ...
    ... con sus manos y agarraba sus propias piernas. Pasó la chica a frotar su glande y después agarro la bolsa testicular y la apretó por su parte alta quedando marcados y tensados los huevos. Empezaron los bufidos y pequeños suspiros por parte del ingeniero. Volvió a coger el aceite y le impregno la parte de su ano para después introducirle un dedo hasta el tope. En esa posición empezó a pajearlo una vez más. Empezó a berrear de gozo:
    
    —¡Sí!...¡si!… ¡si!… ¡Así!… ¡si!… ¡Qué gustazo! ¡oh! ¡oh!…
    
    —¿Gusta usted que acabe así?
    
    —¡Usa la boca! ¡Usa boca antes de que descargue!
    
    Empezó lengüeteando el glande, bajando al tronco, una vez en los testículos los absorbió uno por uno, lo miraba a los ojos, el ingeniero se retorcía de gozo, volvía a berrear de forma sonora y estridente. Bajo hacía la zona anal y lamió el ano.
    
    —¡Oh!… ¡Oh!… ¡Sigue!… ¡No pares!… ¡Cómelo más!
    
    La chica le abrió las nalgas y metió su lengua a fondo de manera que su nariz quedaba aplastada con el escroto. La iba sacando y metiendo a fondo una y otra vez.
    
    —¡Come!… ¡come!… ¡Come culo!…
    
    Empezó a asomar una gota de semen, después un leve hilo se deslizó por su tronco y un lanzamiento a chorro que le llego a la barbilla del mismo ingeniero, seguido de otro a la altura de su ombligo. Emitió al mismo tiempo un rugido gutural de alivio.
    
    Ya de vuelta y llegando otra vez al complejo hotelero el ingeniero se mostró más parlanchina, edulcorado y reactivado. Una vez que ya llegaron vio como una señora de su ...
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