1. Un fornicario suelto en Puebla


    Fecha: 03/08/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Géminiskuri, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    El relato es la experiencia que tuvo un lector de estás páginas: Andrés G. Qué me contó su viaje a Puebla y su relación con los personajes a aquí descritos. 
    
    Había conquistado a mi novia en mi natal Tampico, era ella una chava de 18 años que estaba de paso por la ciudad de vacaciones de fin de año con su familia.
    
    Muy güera, bonito cuerpo y personalidad. Nos enamoramos a primera vista, y yo estuve tras ella todo el tiempo de su estancia tratando avanzar hasta poder llegar a un encuentro más íntimo que la chupada de lengua, pues no habia beso de tetas ni dedo y mucho menos felaciones mutuas. 
    
    Tenía un culo hermoso, y me imaginaba que era adornado por una mata de pelos finamente recortados que sobresalían como un triángulo negro de su blanco y suave cuerpo.
    
    Yo era entonces un chavo de 19 años recién cumplidos y en plena efervescencia de mis hormonas y arrecheras, que los rechazos constantes y "justificados" de Carmela, me mantenían en uso de unas pajas diarias para desfogar el grado de necesidad sexual que mi mente y cuerpo necesitaban.
    
    Carmenza era oriunda de Puebla, un estado de los más extensos de la república, enclavado sobre el altiplano central mejicano, del cual emergen las  ciudades prehispánicas nahua y zapoteca hasta la concreción colonial y virreinal mantenida hasta la presente como un atractivo turístico, además del sentido hospitalario de sus gentes y bellas mujeres.
    
    Mi novia me aseguraba que si iba hasta su ciudad y conocía su familia, lo más ...
    ... seguro sería que me dejara probar su más preciada prenda, esa almeja roja de su entrepierna y el botón marrón de su divino culo.
    
    Como notaría después de su partida, no podía controlar mis deseos y las masturbaciones eran mi pasatiempo día y noche. 
    
    En consecuencia debía buscar la forma de ir a visitar a la mujer que deseaba tener como esposa y madre de mis innumerables hijos: pensaba estar metido en ella todo el tiempo.
    
    Así las cosas, hablé con mi madre, y ella me comentó que vivía en Puebla de Ángeles, tenía un pariente lejano con el cual mantenía comunicación y que le diría que me recibiera en la terminal de trasporte, así fue que como al mes me enruté hacia el Estado pueblano.
    
    Previamente mi novia me hablaba de sus rutinas diarias y quería saber todo de ella para poderla sorprender con mi eventual presencia en su tierra. Ella era una católica fervorosa que asistía casi a diario a escuchar misa de 6 de la tarde y pedir milagros al cuerpo incorrupto del Beato Sebastián De Aparicio, cuya féretro de cristal se exhibe en la majestuosa y bella basílica de San Francisco de Asís.
    
    Ya con todos esos datos y pormenores me monté al autobús que me trasladaría en unas 8 horas a mi amoroso destino. Tomé mi asiento numerado ubicado una silla antes del final y me ubiqué en la ventana de mano derecha. Allí puse mi grabadora de cd y me dediqué a escuchar música tejana de moda. El bus arrancó medio vacio, pues la silla mía y otras de más atrás estaban desocupadas, era un viaje ...
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