1. Un fornicario suelto en Puebla


    Fecha: 03/08/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Géminiskuri, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... labios en pequeños piquitos, la mantuve para acomodar ahora, mi glande en su boca medio abierta, que fui metiendo hasta que encajara bien la punta, y comencé a masturbar para que se depositara en ella, tan tortuoso orgasmo, moví, moví y moví, hasta que sentir inflarse en mi mano izquierda la fuerza de la eyaculación, que cayó toda dentro de su boca y no sin arcadas ella tragó y botó por los lados de su rostro; pareció despertar, me miró y agarró ahora ella misma mi pene y comenzó a chupar de manera suave y  como si fuera un biberón. Estaba completamente babosa mi mano derecha de sus ricos fluidos, y el olor a semen se confundía con el fuerte olor a Tequila en el aire frío del vehículo. Limpié muy bien su cara y mis ropas con paños húmedos y cerré su ropa y acomodé mejor mi pene, pues eran las cinco de la mañana y nos acercamos a San Andrés Cholula.
    
    En una estación subió la policía a revisar y pedir identificaciones, acomodé en mi hombro a la niña dormida, y me cerré toda la ropa, mostré mis papeles y la madre de la niña llegó para ver e informar que la despertara, pues en el próximo pueblo se bajaban. 
    
    Volvió la oscuridad, y comencé a despertar a esa bella durmiente, que me había regalado un orgasmo lindo con su sueño.
    
    -¡Nena, nena... Des-pier-ta-te...!
    
    Ella fue abriendo los ojos y saborea en su boca el sabor de mi leche, y dice:
    
    "Me sabe a algo que conozco su sabor pero no recuerdo ahora el nombre."
    
    Incorporada en su silla, tocó su entrepierna y me miro, ...
    ... con algo de incredulidad y malicia, para anotar:
    
    "Estaba soñando cuando me despertaste con mi tio". Río y se sonrojo. 
    
    -¿Y qué soñabas, princesa?.
    
    "No se lo puedo decir."
    
    Se escuchó adelante la voz de su señora madre que le gritaba: "¡¡-Sofía! ¡Sofía!, ya vamos a bajarnos, despidete del señor y corre!!"
    
    Así se bajó confundida en su sueño Sofía y fue en ese instante que comencé a soñar con mi pronta llegada a Puebla.
    
    Efectivamente estaba mi primo lejano esperando en su vehículo en esa gran estación y nos dirigimos a su casa. Era un hombre muy callado de unos 50 años, casado y con dos hijos, su esposa era una mujer india de la región muy delicada de cuerpo que parecía una adolescentes como mi propia novia Carmela. 
    
    En horas de la tarde mi primo me llevó hasta el centro de la ciudad y en la ruta fue señalando los lugares más famosos y la entrada imponente del atrio  del templo con su alto campanario barroco. Le dije que no se preocupara que se fuera, que de 9 a 10 de la noche llegaría en taxi a su casa.
    
    Me impresionó el inmenso portal de piedra y la blanca y alta bóveda coronada con arcos de madera que revelaba el silencio y la grandeza de lo sagrado. Pasié contemplando sus bellos retablos y lienzos franciscanos; la gente fervorosa iba llegado y saliendo constantemente. Me distraje ante la urna del Beato Fraile Franciscano y su cuerpo que se resiste ante el tiempo.
    
    Muchas mujeres lindas, niñas y señoras; miraba tratando de asimilar ese lugar de devoción ...
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