1. El esclavo romano II


    Fecha: 05/08/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Máximus, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Si me hubieran dicho que coger un culo de hombre se sentía mucho mejor que coger por la panocha de una mujer hubiera empezado a reventar culos de machos desde la primera gota de semen que me salió. 
    A pesar de haberme corrido en el interior del muchacho mi verga seguía paradota, apuntando al techo y con la cabeza roja y lubricada, pidiendo mas de ese manjar oculto entre un par de enormes posaderas.
    
    (Puedes leer la primera parte del relato aquí https://relatoseroticos-club.com/42563_el-esclavo-romano)
    
    -¡Levántate perro! Que aún no hemos empezado. 
    Le dije a Skýlos que se mantenía tendido boca abajo en el suelo. De vez en cuando podía ver que apretaba sus nalgas por pura inercia. Verlo ahí, todo encuerado y recién desflorado por mi verga venuda me daba mucho morbo.
    Al ver que no se levantaba tomé una vara que tenía a la mano y empecé a dar de varazos en sus nalgas haciéndolo gritar.
    -¡Te digo que te levantes, yo soy tu dueño perro infeliz! 
    Skýlos se levantó y sus piernas temblaron. Giró hacía mi y me enfrentó con una mirada de odio tremenda. Tenía las mejillas rojas y la respiración agitada. Su verguita apagada se bamboleó un poco con cada paso que daba y al verla rebotar mi verga le mandaba saludos palpitando. 
    Atrás de mí estaba la cama, en la que tantas veces había cogido con mi mujer. Ahora esa cama sería el lugar en el que destrozaría la cola de mi esclavo.
    -Camina a la cama.
    Le ordené a Skýlos y él avanzó. Se tapó los genitales con ambas manos como ...
    ... intentando mantener un poco de orgullo. Caminaba despacio y las piernas le temblaban, parecía que estaba espinado. Lo dejé que me adelantara y yo fui detrás de él. Me hipnotizaban sus nalgotas que, igual que su verga, rebotaban con cada paso. 
    Siguió caminando y luego de unos pasos me di cuenta de que un hilito de baba salía de entre sus nalgas hasta el suelo. Me di cuenta de que era el semen que le había dejado dentro y que estaba empezando a sacar con cada paso que daba. 
    De pronto se echó un pedo y gruesas hebras de leche de hombre salieron de su culo hasta el suelo salpicándole las nalgas y sus pelitos adolescentes. Eso en lugar de asquearme me calentó más y mi verga empezó a llorar presemen, si pudiera hablar me diría -amigo, voy a explotar junto con tus huevos si no me dejas entrar en esa cuevita otra vez.
    Llegó Skýlos al borde la cama y se detuvo, yo escuchaba que estaba inhalando por la nariz y exhalando por la boca, como para tranquilizarse. Lo bueno es que al parecer ya estaba más domado el muchacho. Mi verga le había robado su hombría y eso seguro lo había dejado en shock.
    -Date la vuelta.
    Le ordené. Skýlos se dio la vuelta lentamente hasta quedar a pocos centímetros de mí. Su cara me llegaba a la altura de la garganta, y mi verga apuntaba a su vientre plano. Vi en sus ojos que quería volver a llorar de rabia. Pero no se permitiría llorar por ser muy hombre. 
    -Ahora perro vas a poner a trabajar ese hocico mordelón.
    Le dije y me agarré la verga para darle unos ...
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