1. 45.1 Primaveral París


    Fecha: 14/12/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... lámela.
    
    Cumplía sus órdenes, aunque no hubiera sido preciso, no estaba dispuesto a perder nada de su esencia. Golpeó con su polla en mis labios y me giró para colocar su boca al lado de mi sexo y sin más preámbulos comenzó a comérmelo.
    
    Grité ante la impresión, el glande me dolía de la tensión de su piel, la humedad de su boca lo calmó y comencé a disfrutar, coloqué mis manos sobre su cabeza y a la vez que acariciaba su cabello le apretaba para que tragara más mi verga.
    
    Notaba su polla otra vez tiesa en mi pecho y la busqué con mi mano y la estuve acariciando, estrechándola en mi costado, Gonzalo no se detenía en chupar cada vez más fuerte y llevó sus dedos a mi ano, lo tenía dilatado y metió dos de ellos en mi recto y comenzó a jugar, a meterlos y sacarlos hasta que se puso de rodillas entre mis piernas, colocó su dura y gorda polla en la entrada de mi culo y empujó para meterla, fue entrando poco a poco y al final, del placer de la metida, por poco me desmayo del éxtasis que sentía, mis gemidos no paraban de salir de mi garganta hasta parecer que estaba llorando.
    
    -¿Te gusta?, verdad que te gusta que te folle. –sus palabras estremecían mis carnes, era tal su tono lujurioso que me enervaba.
    
    -Sííí, mi amor me encanta y me vuelve loco, pero no pares, sigue. –abrazaba su culo con mis pies y le traía hacía mí, quería sentirle que me rompiera y causara dolor.
    
    -Así me gusta, putito mío, el más lindo, pídeme que te folle. –me tenía sin freno y control y haría todo ...
    ... lo que en ese momento me pidiera.
    
    -Gonzalo, fóllame, jódeme macho mío, mete tu polla en mí, así. –se le ponía más dura al escucharme y sus movimientos eran más violentos aún.
    
    -¿Dónde quieres mi semen?, ¿quieres que preñe tu vientre zorrita?
    
    -Quiero tu leche en mi vientre, échamelo ya, dame ya tu leche, toda dentro de mí.
    
    Desvariaba y el placer me llevaba, le abracé pasando mis manos por su espalda y elevé la cabeza para ofrecerle mi boca, había perdido el norte y mordí su lengua, lo supe cuando emitió un quejido de dolor, pero no paro su beso ni saco su lengua de mi boca.
    
    Era la locura total, su verga llenándome el culo y su lengua mi boca, pero no paraba ahí, se sostenía sobre su mano izquierda y la otra la metió entre nuestros cuerpos para amasar mi tetita y tirar de mi pezón.
    
    Me cambio de postura, me colocó de rodillas con el culo hacía arriba y volvió a entrar en mi con fuerza, sentía su sudoroso pecho en mi espalda, sus brazos abrazando mi cuerpo tirando de mi hacia él, me montaba como un perro a su perra, con la espalda encorvada para proyectar su pelvis y entrar más en mi cuerpo.
    
    Sus eyaculaciones fueron largas y abundantes, sus días de abstinencia le había cargado bien, después de unos instantes de vaciarse en mi estaba a punto de correrme por las sensaciones de su verga al entrar y salir arrastrando su simiente, tocó mi pene con su mano y fue suficiente para que apretara mi culo en una sucesión de orgasmos que extraviaban mis sentidos.
    
    Parte de ...
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