1. 45.1 Primaveral París


    Fecha: 14/12/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... acompañarnos hasta la puerta de la habitación nos dejó solos, mejor hubiera sido que se hubiera quedado.
    
    Cuando se cerró la puerta comenzó a mirarme de arriba abajo y a comerme con los ojos, se acercó y se colocó enfrente de mí.
    
    -Estás muy bello y tienes el guapo subido, si a París le favorece la primavera, a ti te sienta de maravilla. –me sujetó y sentía sus dedos como apretaban mi cintura, me había ablandado el corazón lo que acababa de decir además de ponerme rojo.
    
    Le ofrecí mis labios y en lugar de besarme enterró su rostro en mi cuello.
    
    -Quiero hacerte el amor Daniel, me vuelves loco y todo el viaje estaba esperando el momento de estar solos. –muerde delicadamente mis labios, aunque le noto nervioso.
    
    -No tenemos tiempo amor mío, lo dejaremos para luego, también yo te deseo.
    
    Intento separarme de él para no calentarme más de lo que me tiene, antes tengo que gozar de sus besos que no deja de darme en la cara. Me giró para colocar su bulto pegado a mi culo, me dio una cariñosa palmada en él que no me dolió antes de frotarse excitado.
    
    -No, ahora no cariño, quiero disfrutar de ti con tranquilidad. –decía la verdad, pero también hubiera querido quedarme allí, abrazado de esa forma tan posesiva por sus brazos. Puso cara de fastidio, incomodado, pero cuando le abracé volvió a sonreír.
    
    Nos lavamos la boca, me encontraba bien con la ropa que llevaba, no me cambié y solamente abusé de la colonia, llevaba un pantalón, que, aunque no me ajustaba mucho, marcaba ...
    ... mi culo y muslos al caminar sin abrigo y con una entallada chaqueta. Había visto la mirada de agrado en Lorian cuando nos encontramos y me sentí confiado en seguir gustando a mi hombre.
    
    Cogimos un taxi que nos llevó a un restaurante árabe en el que ya había estado o era muy parecido, los asientos eran bajos y resultaban ligeramente incómodos al tener las piernas recogidas. Probé un bocado de cada platito que iban sacando, era poca cantidad, pero un sin fin de platos.
    
    Nico no dejaba de mirarme y eso me violentaba un poco, hasta que se dio cuenta y comenzó a alternar su mirada entre todos. Gonzalo les hablo de nuestros proyectos, en realidad de los suyos, aunque yo estuviera directamente involucrado.
    
    El gesto de Nico no era precisamente de alegría, pero lo disimuló con una ancha y generosa sonrisa. Empezó a hablarle del estudio de arquitectos donde trabajó en Bristol y Lorian quería hablarme de ropas y moda.
    
    -Te necesité a mi lado para tener tu consejo, me mareaba tanta prueba y medidas. -se reía con ganas cuando le explique cómo me atendían los serios dependientes y Wes.
    
    A partir de ese momento dejamos de hablar de cosas serías, y todo fue un reír de las locas aventuras de Lorian en su trabajo, de las anécdotas vividas, le encantaba pasar horas posando sin cansarse y siempre colaborando. Recuerdo cuando pensé que las cámaras amaban el rostro de Alan y que Lorian era más vulgar y estaba resultando al revés.
    
    Me sentía muy dichoso con ellos y sobre todo de ver a ...
«12...678...11»