1. La Perdicita de Cabeza de Papa


    Fecha: 17/08/2020, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Norby, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... pantalones. Ella bajó mis pantalones y mis calzoncillos. Mi verga apuntaba al techo. Parada se dobló y empezó a chupármela suavemente. Mientras lo hacía, me desnudé completamente. Le dije que fuéramos a su pieza.
     La recosté sobre la cama (que no estaba hecha). Le subí sus piernas y le saqué sus calzones, también con gran esfuerzo. Quería cerrar las cortinas, pero yo no quería perderme ningún detalle de su cuerpo. Me arrodillé al lado de la cama y empecé a besar sus piernas. Al subir me encontré con una tremenda mata de pelos que salía de su concha. Ella no me dejaba abrirle la pierna pero después de gran esfuerzo accedió. Empecé a buscar su vagina que estaba detrás de varios pliegues de carne. Al encontrarla introduje mi lengua lo más que pude. Alternaba mi legua con mis dedos.
    
    Ella me pedía que me saliera de ahí. Trataba de sacarme, pero yo sabía que estaba a punto de terminar. Con mis manos corrí sus carnes dejando toda su concha mojada y rosada a mi disposición. En unos minutos de estar chupando un tremendo clítoris, la gorda no aguantó más y soltó un terrible pedo de concha que se estrelló en mi nariz, sus jugos se colaban en mi boca. Con mi cara toda mojada, me recosté a su lado y undi mi cabeza entre sus tetas, seguí metiéndole los dedos por su concha. Ya podía meter cuatro dedos. La hice darse vuelta y que se acostara boca abajo. Yo seguía acostado a su lado, mirando el tremendo espectáculo que era su culo. Mi mano lo recorría entero. Se perdía entre sus nalgas, ...
    ... desaparecía completamente. Bajé y metí mi cara también entre sus nalgas tratando de encontrar su hoyo. Fue casi imposible. Eran demasiado grandes para llegar a ella con mi lengua. Finalmente pude encontrar la posición adecuada para darle la mejor chupada de culo que le hayan dado en su vida. Abría y cerraba su esfinter disfrutando la cojida que le estaba dando con mi lengua. En un momento sentí como se retorcía y pude ver el terrible orgasmo que le había producido con mi lengua, fue en ese momento cuando sentí en mi boca una pequeña dureza que había salido de su culo, lo escupí en mis dedos y pude ver que se trataba de una penquita de acelga.
    
    Me monté sobre ella y empecé a jugar con mi verga entre sus nalgas. Se las abría y la dejaba aprisionaba con tremendas nalgas. Le dije que me la apretara. La gorda apretó sus nalgas y hasta me dolió el apretón pero era exquisito, mientras mis manos apretaban sus tetas que se desparramaban por el lado. Tenía que hacer mío ese culo. Con mis dedos me perdí entre sus nalgas hasta que encontré su hoyo. Hábilmente me fui abriendo camino en su agujero, lo cual no me costó mucho, ya que entre metida y metida, escupía mis dedos para hacer más fácil el acceso. Además de la dilatación que ya había provocado con mi lengua. De un golpe logré que entrara lo más posible.
    
    Ella se quejó, pero luego empezó a moverse. Mis manos abarcaban todo su culo, era increíble, blanco y gigante. A través del espejo podía ver nuestra pose. La gorda en cuatro patas ...