Secretos de familia (Parte 3)
Fecha: 15/12/2017,
Categorías:
Microrelatos,
Autor: Chrom, Fuente: CuentoRelatos
... el medio de la estancia.
—Acompáñenos al baño, señorita Martínez. —Dijo la más alta de la dos.— Antes de vestirla, tenemos que asearla.
Miriam no daba crédito a lo que estaba sucediendo. En cuestión de dos minutos, dos desconocidas habían irrumpido en su casa y actuaban como si fuese ella la que estaba en casa ajena. Las estudió con la mirada. No debían ser mucho más mayores que ella, un par de años como mucho, rondarían los 21 o 22 años. Si no fuese por la diferencia de altura no podría distinguirlas ya que se parecían mucho y el ir vestidas igual aumentaba más aún el parecido. Ambas vestían zapatos negros de tacón, falda de tubo del mismo color y camisa blanca. Ambas llevaban el pelo rubio recogido en una coleta e iban perfectamente maquilladas. La verdad es que estaba impresionada por la belleza de las dos jóvenes, que fácilmente, podrían desfilar en cualquier pasarela si se lo propusiesen.
—Puedo hacerlo yo sola, gracias. —dijo finalmente al ver el gesto de impaciencia de la más alta.
—Estamos aquí para ocuparnos de usted. —respondió la otra joven a su espalda mientras comenzaba a quitarle la chaqueta.— No se preocupe, no es la primera vez que hacemos esto.
Miriam recordó las palabras de Jaime referentes a que las obedeciese y se dejó hacer.
Entre las dos mujeres la desnudaron completamente y la acompañaron al baño colmándola de halagos sobre su físico por el camino. Tras comprobar que la temperatura del agua fuese la correcta, introdujeron a Miriam ...
... en la ducha y las más alta de ellas se desnudó también entrando con ella. Miriam estaba impactada y no reaccionó. Simplemente las dejó hacer sabiendo que eran los deseos de Jaime.
Tomando el grifo de la ducha la rubia mojó todo su cuerpo y procedió a lavarle el pelo dándole un suave masaje con las yemas de los dedos. Tras aclararle el pelo, extendió sobre él una mascarilla y continuó lavándole el resto del cuerpo mientras esta hacía efecto. La esponja natural que estaba usando apenas rozaba la piel de Miriam y más que lavarla la estaba acariciando provocando que se le erizase la piel. Cuando llegó al monte de venus, sin mediar palabra, extendió la mano con la esponja y esta fue sustituida por unas pequeñas tijeras. Delicadamente fue recortando los pocos bellos que allí había y una vez contenta con el resultado, volvió a extender la mano ofreciendo las tijeras a su compañera.
—Natalia, presta atención por favor. —dijo la más alta al ver que la compañera estaba absorta contemplando los pechos de Miriam.
—Perdona Laura, aquí tienes. —contestó la aludida ofreciéndole la crema depilatoria.
Miriam las miró en silencio, al menos una de sus dudas había sido resuelta, ya conocía sus nombres. Estuvo tentada a preguntarlas sobre la familia de Jaime, pero algo dentro de ella le decía que no obtendría respuesta alguna.
—Si lo llego a saber —pensó Miriam.— me habría ahorrado la depilación brasileña que me hice ayer. Al parecer Jaime tenía otros planes para mi coño.
No ...