14 – 138, 1961: Mayo - Relatos Eróticos

14 – 138, 1961: Mayo

Los glúteos de Heriberto se rozaban sobre la entrepierna de su tío Dagoberto nacido en 1936, las manos del tío lo sujetaba de la cintura haciéndole deslizar, se podía ver al tío sentado en el sofá amplio y sobre él la humanidad del sobrino que lo tenía deslizado hasta la rodilla el short demostrando el trasero descubierto, las manos apoyadas en las rodillas, las piernas estaban abiertas al deslizarse el cuerpo, lo pies descalzos se alzaban y se bajaban tal como su agite al viento, la cara del tío sobre el pelo del sobrino, le besaba el cuello y lamía la oreja, cerraban los ojos al sentir eso por instinto, todos ellos hecho uno en ese momento de roce, Dagoberto disfrutaba de su sobrino al hacerle rozar el pene peludo por el suave trasero que estaba descubierto a su disposición, le hizo encorvar, así el pene pudo deslizarse de mejor forma al momento de eso la cara de Heriberto se posaba en las rodillas entre sus muslos suaves, le decía algunas frases al oído, de eso sabía bien el tío, estaban en su cuarto, la anciana había salido a comprar y pidió al hijo que viera la lumbre, Dagoberto había venido ya del trabajo, así que para él era grato tenerlo así a su sobrino, haciéndose mimos y cosquillas o luchitas siempre pensaban que así sentados semi desnudos  también era un juego grato, Heriberto ya iba desarrollando el modo y consecuente iba teniendo experiencia, pese a ser un poco receloso no era menos cierto que también tenía gran inquietud y esa era la motivación del tío hacia ...

... su hermoso y lindo como le decía para entrar en confianza, así era que el pene punteaba el trasero haciéndole gemir, le gustaba escuchar los gemidos de Heriberto Alpízar, estaba tan ardiente escuchándolo gemir y a la vez sentir plácidamente en ese roce del pene en el trasero que de inmediato sintió que su semen salía del pene peludo recorriendo la piel de los glúteos del sobrino, lentamente lo separó poniéndolo arrodillado en el piso en forma de perrito, lo miró así en esa postura, reía agitándose el pene con restos de semen en el glande y parte del tronco, lo pasaba por el trasero de él que seguía encorvado apoyado en el suelo con sus manos de dedos alargados, Dagoberto, dueño de la situación se complacía viendo ese movimiento de su pene en ese delicioso trasero, chico lindo, como así decía él, le gustaba ver deslizándose el semen por esa piel de Heriberto, era una tarde medianamente soleada de aquel segundo viernes, tarde de mucha referencia, pues Dagoberto fue al baño por papel higiénico para limpiarse y limpiar a Heriberto cuando por la claraboya no tan alta escuchó que del patio venían voces, vio entonces la figura de un adulto y de un muchacho, se trataban de figuras conocidas para él, más sobre todo, la del adulto, los vio jugar con el balón teniendo mucha algarabía, había otro muchacho del sector jugando con ellos, a Jairo le gustaba de ser portero, recibía balonazos y ello era parte de aquella algarabía, a la que miraba Dagoberto con cierta mueca risible en su rostro, ...