1. 14 – 138, 1961: Mayo


    Fecha: 01/09/2020, Categorías: Tus Relatos Autor: S. Jackson, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... entre las nalgas llegando al ano lubricándolo, le preguntó que le iba a hacer, Wilson no respondió, el muchacho lamió por unos instantes las nalgas del inquieto Dagoberto, Wilson le preguntó a Dagoberto si sentía rico, él le respondió que sí, Wilson hizo una mueca de risa luego hizo movimientos de masturbación al pene de Dagoberto y le volvió a preguntar si le gustaba y de nuevo le respondió que sí, Wilson puso nuevamente saliva en el ano de Dagoberto, chupaba y lamia las nalgas al mismo tiempo que frotaba el pene del pequeño, la lengua de Wilson arremetía el ano, Dagoberto gemía con placer, la lengua de Wilson había cumplido con darle placer al sorprendido Dagoberto, el pene estuvo entre las nalgas de Dagoberto que recostado apretaba los dientes, el pecho de Wilson se posó sobre la espalda y cabeza de Dagoberto, Wilson sujetó apretando con su cuerpo contra la roca a Dagoberto, Wilson empujó con toda su fuerza la cadera haciendo la penetración total, aquel hombre bajó con fuerza las caderas deslizándose el pene entre la saliva rompiendo y abriendo el ano, Dagoberto daba un grito desgarrador al ser sodomizado el pene latiendo del ano desvirgado, al mismo tiempo, el mete y saca, gemían, sollozaba, las lágrimas escurridas, el pene por unos instantes dentro de ese ano desflorado, Dagoberto arrimado a la piedra tembloroso sentía cómo el pene de Wilson se apartaba de su ano, se desprendió del pene de su macho con dolor y angustia, con dificultad se puso en pie muy pensativo ...
    ... dejándose limpiar, tiempo después la cara llorosa de Dagoberto recibía solo indiferencia y algo de temor dibujado en el rostro de Wilson yéndose del lugar no sin antes darle unos billetes a cambio de su silencio, Dagoberto sodomizado vio al jinete montarse a caballo perdiéndose por el sendero bajo un sol ardiente, no dejaba de rozarse los dedos entre las nalgas con un agudo dolor que lo hacía caminar lentamente no dejaba de mirar los billetes que los había puesto en la tela que cubría el almuerzo, al mismo instante Wilson galopando rozaba su pene sobre el calzoncillo recordaba los momentos vividos con Dagoberto, se propuso no dejarse ver de él por un tiempo pero decidió que lo volvería a coger por el camino si lo volvía a encontrar dándole otros billetes, sabía que su debilidad era el dinero, se había desarrollado otra metamorfosis en Dagoberto, caminó pensativo con su ano adolorido cerca de la orilla del río, terminó de limpiarse, el dolor era fuerte, habían restos de llanto en sus mejillas, pero pese al dolor se rozaba las nalgas con los dedos, había algo de gusto en aquello, que él no podía describir, caminó muy lentamente manoseándose las nalgas, por un largo rato siguió su camino hasta llegar donde estaba Lucrecia su hermana, de igual forma ella estaba muy pensativa, probó poco bocado pues estaba frio el almuerzo y también su estado de ánimo no era el de comer, a Lucrecia le dolía el ano, lanzó el resto de comida al río donde los peces dieron festín, Dagoberto muy pensativo ...
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