Mi tía, sus pantimedias y yo III - Relatos Eróticos

Mi tía, sus pantimedias y yo III

... esperaba algo de acción sexual con ella. Dándose cuenta de ello, se inclinó para besarme de lengüita y decirme con voz melosa "sobrino, mañana tú tienes que levantarte al colegio, igual yo, así que no podemos desvelarnos jugando con nuestras cositas, pero mañana, luego de que regrese de trabajar, nos daremos gusto". Es obvio decir que esa noche tuve más fantasías sexuales con mi tía.

Mi tía supo escoger bien el día para quitarme lo virgen, pues los lunes mi madre regresaba a casa entre tres y cuatro horas más tarde de lo normal por quedarse a juntas y reuniones con su equipo de trabajo. Luego de que se me hiciera eterna la jornada escolar, llegué a casa lo más rápido posible para esperar a mi tía Irma. Esta vez ni siquiera me preocupé por ponerme algo que se pudiera quitar rápido, me quedé desnudo en su cuarto para esperarla en la cama, aunque tuve que reprimir mis deseos de masturbarme con sus pantimedias mientras ella regresaba, pues quería tener mucha leche para dar. A la misma hora de siempre (entre las 16:30 y 16:45) escuché su auto, escuché como ella abría la reja para meter el coche al garage y la escuché entrar en la casa. "Amor, ¿dónde estás?" preguntó mi tía al ver que no estaba en la sala o salí a recibirla. Yo le grité desde su recámara "tía estoy esperándote acá arriba". Cuando llegó a su cuarto, yo estaba acostado en su cama y con una erección enorme. "Vaya, veo que estás listo sobrino" me dijo con voz acaramelada. "Sí tía, estoy listo". Sin decir palabra, ...

... mi tía se comenzó a quitar su blusa escolar, su brassiere, luego su falda hasta las rodillas y pude ver su ligero y medias blancas por arriba de los muslos, casi llegándole a las nalgas. Delicadamente se empezó a bajar la pantaleta que traía puesta encima del ligero y me dijo, "sobrino, es el momento de que aprendas a darme placer con la boca".

Mi tía se acostó sobre su espalda y abrió las piernas, yo me coloqué enmedio de ella, con mi cara viéndo directamente a su vagina. "Con tu lengua, chúpame los labios, luego métela dentro de mi vagina sobrino". Yo comencé a besar y lamer su cosita, la que sabía un poco salada pero no sabía mal. Luego comencé a meter la lengua dentro, todo mientras mi tía gemía de placer, a la vez que me decía "así bebé, así, dáme placer". Yo estaba como en el cielo, dándole placer oral a mi tía, a la vez que mi erección se ponía más y más caliente. En un cierto momento me tía me pidió que "por favor, mete dos dedos dentro, quiero sentir tus dedos amor". Yo, excitado como estaba, en lugar de meterle dos dedos le metí tres y Dios, lanzó un gémido largo, además de un suspiro de placer. "Mueve tus dedos y lame mi clítoris" me ordenó mi tía. Conforme lo hacía ella sólo se retorcía en la cama del placer que estaba recibiendo, mientras ponía sus piernas en mi espalda. No sé cuánto tiempo estuve mamando y dediando a mi tía, sólo recuerdo que de pronto  gritó "me vengo cariño, me vengo", comenzando a tener unos espasmos que de momento me asustaron, pero al ...