Mis inicios como tranny - Relatos Eróticos

Mis inicios como tranny

Hola, soy Wendy, nombre que adopté como nena desde hace muchos años, actualmente tengo 50 años y he completado mi transformación. Debo decir que nací y me crié en una casa rodeado sólo de mi mamá y tres de sus hermanas, por lo que me acostumbré desde muy pequeño a vivir entre ropa de mujeres, maquillajes, zapatos y manerismo muy femeninos. Ya para cuando entré en la secundaria me disgustaba mucho vestir de hombre, por lo que empecé a vestirme a escondidas de mi mamá y mis tías con sus prendas. Me ponía sus pantimedias, faldas, blusas y zapatos de tacón. Cuando me vestía de mujer me sentía liberada, con mi verdadera personalidad que se quedaba atrapada cuando vestía de hombre.

Se me hizo una costumbre aprovechar cada salida de mi mamá y mis tías para trasvestirme, hasta que un día mi mamá regresó de sorpresa a la casa y me encontró vestido de niña. Pensé que me daría un regaño monumental pero no fue así, al contrario, se sentó conmigo y me dijo "ay hijo, sabía que había algo "especial" en ti y ahora lo confirmo, ¿de verdad quieres vestirte de mujer, no te gusta se hombre?". Yo completamente apenado, pero a la vez liberado de la carga de hacerlo a escondidas le respondí a mi madre con toda la sinceridad de mi corazón. "Mamá, no me gusta ser hombre, siento que soy una mujer, me gusta vestirme como tal y además... he empezado a sentirme atraído por algunos compañeros de la escuela". Mi madre, con todo su amor, me abrazó y me dijo, "esta bien, te ayudaré a convertirte en ...

... mujer, pero sólo un favor, para la secundaria vístete de hombre, no quiero que te lastimen con sus comentarios, burlas o te maltraten". Debo recordarles que en 1983, año en que ingresé a la secundaria, en México estaba no sólo mal visto, sino era motivo de abusos, maltrato el que alguien confesara ser homosexual o trasvesti. Yo le prometí a mi madre vestirme de hombre sólo para el colegio.

Mi mamá habló con sus hermanas y ellas entendieron perfectamente mi situación y de ellas no sólo recibí amor, comprensión y cariño, sino que comenzaron a comprarme ropa de niña. Faldas, vestidos, tops, pantaletas, mallas, pantimedias, tobimedias, calcetas, zapatos y ballerinas. Además comenzaron a enseñarme cómo maquillarme, pintarme las uñas de manos y pies, cómo vestirme combinando mis prendas y a comportarme como una mujercita. Comencé a dejarme crecer el pelo, lo cual no fue problema en la escuela pues gracias a la buena posición económica de mi familia, iba a un colegio privado donde no importaba si los hombres se dejaban el pelo largo o no. Debajo del uniforme de la secundaria usaba siempre un top en vez de camiseta; pantaletas tipo brasileñas en vez de trusas; mallas blancas o tobimedias blancas en lugar de calcetines. Siempre que llegaba a casa, lo más rápido que podía me quitaba el pantalón y la camisa de la escuela y me ponía mis vestidos o faldas con blusas de colores y mis ballerinas o zapatillas de tacón bajo.

Luego de que salí de la secundaria mi mamá me metió a una ...