Mis inicios como tranny - Relatos Eróticos

Mis inicios como tranny

... preparatoria igual privada y nuevamente tuve que conformarme con vestir de hombre para las clases. Ya para ese momento a mis 16 años había desarrollado gracias a ejercicios recomendados por  mis tías unas piernas muy estéticas, así como unas nalgas paraditas y redonditas, las cuales se notaban mucho al usar jeans ajustados e igual que en la secundaria, debjo usaba ropa íntima femenina y un top. En la prepa todo mundo se dió cuenta que yo no era lo que se podía decir "normal" como varón, pero nadie me molestó o se metió conmigo, pues si algo puedo presumir es haber nacido con mucho carisma y lo mismo hacía amistad con hombres que con mujeres, aunque claro que me identificaba más con las compañeras. Sobre todo con una amiga llamada Cinthya, con la cual podía ser yo misma e incluso nos ibamos juntas de compras y ella me ayudaba a seleccionar ropa de mujer y prendas íntimas. Debo decir que como siempre me gustó ser muy femenina no podía salir de casa, ya bien fuera vestido de hombre o de mujer, sin llevar puestas unas pantimedias, pues las consideraba (y lo sigo creyendo, pues las sigo usando todos los días) como la prenda más femenina de nuestro guardarropa.

Cinthya y yo nos pasabamos horas juntas platicando, vistiéndonos y maquillándonos, además, claro, de hablar de hombres. Yo hasta ese momento me había emocionado con varios de los compañeros pero debido a que tenía que ser discreta por mi doble vida, no me animaba a decirles que me gustaban. En ese sentido el apoyo de mi ...

... amiga fue fundamental para mí, pues siempre me respaldaba en todo. Otra cosa que nos unía a Cinthya y a mí era que nuestras madres eran mamás solteras y en esa epóca era muy mal visto (ambas nacímos en 1970) por lo que podía decirse que llegamos a ser como hermanas. Por ese motivo nos confiabamos todos nuestros secretos, deseos, sueños, tristezas y alegrías.

Un día de tantos nos pusimos a ver por curiosidad y morbo, un video porno. Ambas nos quedamos como lelas viendo esos enormes penes y cómo los metían en las chicas o como ellas se los mamaban y se tragaban el semen cuando ellos acababan. Yo le confesé a Cinthya que tenía verdaderos deseos de tener un miembro en mis labios y que además me estrenara como mujer. Cinthya abrió mucho los ojos por la sorpresa de mi confesión, para luego decirme "tendrías que practicar antes, pues el chico puede perder el interés si no sabes cómo hacerlo". Ambas nos quedamos pensando cómo hacer eso, hasta que ella tuvo una idea "debemos conseguir un consolador", "pero ¿cómo?" le respondí "¿dónde lo compramos? y además, sólo tenemos 16 años, nadie va a querer vendernos uno". "Yo sé cómo, tú déjamelo a mi" me contestó con una mirada muy pícara, típica de ella cuando se le ocurría alguna travesura. 

Pasaron varios días y por más que le preguntaba a Cinthya sobre "nuestro asunto" ella solía responderme que pronto que no me desesperara. Hasta que un día y estando en su casa, mi amiga me pidió que cerrara los ojos, que tenía una sorpresa para mi. ...