1. Dulce y amarga amistad (10)


    Fecha: 16/12/2017, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... tía cuando no podían abandonar su trabajo por asuntos urgentes. Y se iban aproximando hasta comenzar a entenderse lo que decían.
    
    -Mira papá, yo le quiero y él también me quiere, no hay nada malo en ello.
    
    -¡Cállate! Se va a enterar Paula.
    
    -Que se entere, es lo que menos me importa, ella lo comprende y está de acuerdo. Me iré a vivir con él.
    
    -¿Te vas a convertir en un maricón como tu primo? ¿Es eso lo que quieres? Pues no lo consentiré, me oyes, te retiraré mis aportaciones, despídete de tu asignación y te quedarás sin recursos, no lo podrás mantener ni vivir por tu cuenta.
    
    Se acaloraban y ahora no hablaban, eran gritos y me tapé los oídos asustado, miré a Paula y las lágrimas le resbalaban por las mejillas, me quería morir, deseaba desaparecer de este mundo, no existir, pero Demian continuaba defendiendo nuestro derecho a tener una vida juntos y ser felices.
    
    -No estoy dispuesto a ceder papá, le amo, ¿es que no puedes entenderlo? Creía que tú también le querías, que era tu sobrino preferido y que no te opondrías. -Escuché un hondo lamento que salía del pecho de Demian, estaba llorando y eso me trastornaba, pero no podía moverme de la silla, me sentía agarrotado.
    
    -No llores hijo, no merece la pena, claro que quiero a Jesús, pero no voy a consentir que malogre tu vida, tienes todas las oportunidades a u alcance, mujeres que mueren por que las prestes atención, lo que puedas querer lo tendrás. pero será con una familia y unos hijos que te ...
    ... prolonguen.
    
    Demian sollozaba, seguramente abrazado por su papá y escuchaba las suaves palmadas que le daba en la espalda para calmarle.
    
    -No te pongas así Demian, se un hombre como siempre has sido, se valiente y corta lo que tengas con tu primo, tu eres un hombre no un puto como es él. Sentí que un escalofrío me recorría el cuerpo y como un autómata me pude de pie, avancé hacia la puerta de salida del despacho.
    
    Paula también lo hizo y avanzó rápidamente para ir a cerrar la puerta que no tenía que haber estado abierta.
    
    -Jesús, por favor. -Me di la vuelta para mirarla, Paula extendía los brazos hacía mi con las lágrimas fluyendo de sus ojos, escapé corriendo y salí al pasillo. Estaba ido, trastornado y sin saber lo que hacía.
    
    Volví a tener conciencia de mi existencia sentado en uno de los retretes del personal de la planta, no sabía lo que estaba haciendo allí sentado, y entonces comencé a llorar entrecortado, con hondos gemidos que intentaba callar mordiéndome los nudillos de los dedos.
    
    Un maricón, un puto, eso era según mi querido tío, indigno de compartir la vida con su hijo. lloré y lloré con inmenso desconsuelo sin tener a alguien que me consolara y quisiera, sentía a las personas que usaban los servicio hasta que fue haciéndose el silencio.
    
    Salí del váter a los aseos y me lavé la cara, la imagen del espejo me mostraba con el rostro descompuesto y rojo, mi nariz eran un manantial de mocos y los ojos eran como los de un hombre vampiro inyectados en sangre.
    
    Conseguí ...
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