Ojo por ojo
Fecha: 16/12/2017,
Categorías:
Gays
Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos
... media hora estuvimos conectados, moviéndome sutilmente mientras sus piernas me rodeaban y sus brazos me estrechaban, convirtiéndolo en uno de los actos de amor más íntimos que nunca he tenido con ninguna mujer.
Si os dijera que olvidé os mentiría. Creo que nunca podré hacerlo, pero nuestra relación ha evolucionado hacia una mejor compenetración, e incluso me atrevo a afirmar, por contradictorio que pueda parecer, hacia un mayor grado de confianza. En el sexo, además, hemos vuelto a ser los amantes fogosos, sucios y obscenos que siempre habíamos sido.
***
Ya ha pasado medio año de nuestra segunda primera vez y hemos escrito un nuevo episodio.
La relación poco a poco fue volviendo a su cauce. Opté por tratar de olvidar, pues me pareció el mejor antídoto. Tuve dudas, muchas dudas. La prueba de fuego se produjo la primera vez que salió de cena con su grupo de amigas, algo que solía ocurrir al menos una vez al mes pero que no había hecho hasta que percibió que yo estaba preparado. Superé el trago con cierta comodidad, ayudado por el hecho que llegara a casa más pronto de lo que solía, pues había declinado la invitación a tomar una copa y bailar un poco después de cenar.
La espina clavada en lo más profundo de mi ser seguía allí, percutiendo, pero de un modo inesperado. Yo había decidido pasar página, estaba convencido de que Cos no volvería a engañarme nunca, como cuando ha habido un accidente y sabes que aquella compañía o medio de transporte se convertirá en el ...
... más seguro del mundo, pues difícilmente van a volver a cometer el mismo error. Así me sentía en referencia a mi mujer.
La diferencia estribaba en cómo me sentía en referencia a mí.
Paulatinamente empecé a fijarme en otras mujeres. Pocas tenían un atractivo parecido al de la mía, muchas no le llegaban ni a la suela de los zapatos. Pero las miraba, con cierto deseo. Pero cuando analizaba fríamente por qué las anhelaba me daba cuenta que solamente buscaba devolverle la moneda a mi infiel esposa.
No eran más guapas, no eran más atractivas, dudaba que fueran mejores en la cama y, sobre todo, no esperaba que me dieran más placer ni que me hicieran sentir mejor. Pero las ansiaba.
Acabé decidiéndome. Afirmativa y concretamente. Iba a hacerlo y había decidido con quien.
-Quiero acostarme con Chiara. –Estábamos sentados en la cama, como otras noches antes de ir a dormir. Ella tenía la regla pero como la noche anterior, y otras muchas noches en que estaba con el período, había comenzado acariciándome por encima del bóxer para colar la mano a continuación y sacarme la polla dura para tragársela y dejarla seca. Se la acababa de meter en la boca cuando lo dije. Se detuvo de golpe. Levantó la cabeza mirándome fijamente y preguntó ¿Qué has dicho? –Me has oído perfectamente.
El cabreo fue monumental. Ni paja, ni mamada ni limpieza de bajos. Chiara Lombardo era su mejor amiga, íntimas desde que estudiaron juntas la primaria y secundaria en el Liceo Italiano de Barcelona. La ...