1. El gordero de don Roque.


    Fecha: 21/09/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X


    Lo que no pudo ser en el paseo de San Isidro, a pesar de que me desquité con la tía y de que cuando fuimos por las reses para la matanza, recibí una de las más sabrosas raciones de mecos que me dio a tomar don Roque, una inquietud no me dejaba en paz, la verga de este señor no se apartaba de mi mente y mis planes se hacían más imperantes cada momento, aún con el miedo que tenía que me metiera tan enorme rollo de carne maciza en mi angosto trasero, a pesar de que el grueso ya me había penetrado el suyo, lo cual suponía cierta dilatación, total que mi mente estaba lleno de sentimientos encontrados. 
    A los pocos días, mi abuelo me preguntó que si quería trabajar en el campo, que se trataba de un trabajo no muy pesado y yo podría hacerlo sin mucho esfuerzo percibiendo una paga igual a la de un jornalero mayor, me pareció un buen plan, pensé que me serviría de distracción y a la vez me ganaba unos buenos pesos y cuando me dijo que era en una cuadrilla que estaba formando don Roque, casi se me caen los calzones, de inmediato concluí de qué se trataba, siendo con don Roque, seguro que habría algo bueno. 
    Cuando el día domingo, luego de haber recibido una buena cogida del Grueso, oímos el aviso por el sonido de la cantina, de que todos los de la cuadrilla debían juntarse antes de  las 7 de la mañana del siguiente día en tal lado, donde la troca nos iba estar esperando para llevarnos a la parcela de trabajo, se me enchinó la piel, era como si fuera a presentar un examen en la ...
    ... secundaria, me puse inquieto, el Grueso lo notó y me dijo que no me preocupara porque había sabido que me la iban a dar de aguador, es cosa sencilla y además son 2 aguadores por cuadrilla, me aseguró. Lo que él no sabía era que no me inquietó lo del trabajo, sino que estaba emocionado y a la vez temeroso por lo que ahí podría suceder con don Roque, la verdad fue que se me habían alborotado las hormonas. Pensando en preparar mi trasero para lo que podría venir el día siguiente, le pedí al Grueso que me lo metiera otra vez, lo puse al tiro con un masaje manual y lo hizo con mucho placer y yo contento con el entrenamiento.
     A las 7 de la mañana ya estábamos todos trepados en la troca, busqué a don Roque, pero no estaba en la bola, luego el chofer me invitó para viajar en la cabina y me acomodó en medio de él y de otro hombre como de 40 años de nombre Macario, la raza le decían Maca y que resultó ser el otro aguador, quien sólo me dijo
    -Son órdenes del patrón, verdad Chuy?-, que era el chofer y encargado de la cuadrilla.
    Maca no tenía pies, de niño fue atropellado por el tren y se los deshizo hasta el tobillo, en donde se acomodaba unos trapos que le amortiguaban el peso de su cuerpo y sobre ellos, se ponía unos huaraches redondos que fijaba a su tobillo con correas de cuero y caminaba como si estuviera sobre sancos. Era un hombre delgado y de poca estatura, parece que el accidente afectó su desarrollo normal, pero era muy buena onda. Luego me daría cuenta que don Roque lo contrató ...
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