1. El gordero de don Roque.


    Fecha: 21/09/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... que ya era costumbre, yo les decía que ya me pagaban por ese trabajo. No sé qué tanto habrá cambiado la costumbre con mi actitud, lo que si supe fue que, con eso me gané el cariño de las mujeres y posteriormente con algunas la pasé muy bien. Esa son otras historias que por ahí te iré contando.
    El primer día en mi nuevo puesto llegué puntual a las caballerizas de don Roque, con buen ánimo, pero sin imaginar lo que me esperaba. El señor ya lo había previsto todo: Preparó un espacio en la última de las caballerizas, allá muy al fondo, la dejó muy limpia y bien ventilada, con una cama de tablas acolchonada y bien vestida con sábanas y cobertores limpios, así como le gustaba traer su vestimenta, como había quitado el pesebre para ponerla, a la cama le pusimos “el pesebre”. Me llevó hasta allá y me quedé sorprendido y cohibido por el temor de que el lugar no fuera tan privado como el que me preparó el Grueso en su granero o tal vez, también por el cus cus de que me hiciera algo por atrás. 
    -Aquí nadie vendrá y aunque la casa esté llena de gente, nunca entran hasta acá- me consoló al notar mi nerviosismo. 
    -Como te habrás dado cuenta, La casa es muy aparte de las caballerizas, para nada se conectan y para pasar de una a la otra, hay que salir a la calle- abundó en plan de convencimiento y lograr mi confianza. 
    -Hice como que entrarías temprano para poder estar un rato, aunque también saldrás más temprano, en cuanto la gente termine de comer te puedes venir, como ves?- ...
    ... preguntó finalmente. 
    -Está bien, sólo que me cayó de sorpresa y me siento un poco extraño y nervioso- le contesté.
    En realidad, el lugar estaba bien acondicionada, hasta en lo que era el bebedero, aprovechando la toma de agua, acondicionó un lavabo, lo había arreglado para que me sintiera a gusto, pero todo eso me tomó por sorpresa y se me quitó el alboroto, se lo dije y él lo aceptó de buena gana. 
    -No te preocupes, hay más tiempo que vida, pero no tiene caso que salgas tan temprano, recuéstate un rato y cuando quieras me hablas para ayudarte a ensillar el caballo-. 
    -Mejor quédese si gusta- le pedí para no sentirme tan extraño y me recosté. Sin decir palabra, él hizo lo mismo al lado de mí, ambos quedamos boca arriba, dí media vuelta poniendo la mano justamente sobre su gran rollo de carne y lo empecé a sobar por sobre su calzón. Oí como se agitaba su respiración y hacía movimientos como espasmos. Abrí la bragueta de su calzón de manta y mi dedo medio encontró el glande, muy caliente, luego el orificio uretral que ya tenía una gota del líquido pre que regué hasta el frenillo y acomodé el índice en el orificio, moviendo hacia los lados y presionando como queriendo meterlo en esa húmeda boca uretral, para luego encontrar más del caliente líquido. Don Roque no dejaba de respirar hondo, claro sentía cómo estaba gozando del suave masaje. Sus movimientos se hacían cada vez más enérgicos y no pude más, me metí el glande en la boca y succioné con energía para sacar el líquido que ...