1. El gordero de don Roque.


    Fecha: 21/09/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... casi exclusivamente para que me cuidara y más adelante, Maca se daría cuenta del porque esa distinción.
    Como a las 8 de la mañana llegamos a la parcela, los que venían atrás bajaron con sus herramientas de trabajo y Macario bajó 4 grandes bolsas de lona llenas de agua, 2 para él y 2 para mí. Me dio instrucciones de lo que debía hacer y que siempre andaríamos juntos. El trabajo era muy sencillo, los de la cuadrilla se metían en cada surco del pelillo (planta joven de la caña de azúcar) a cortar la maleza y de regreso salían con las plantas mas grandes (otates) para amontonarlas en el callejón y si querían tomar agua, se acercaban a nosotros que traíamos unos jarros para servirles el agua.
    A eso de las 10 llega don Roque montado en unos de sus caballos y jalando a un burro que venía bien cargado de talegas, con el almuerzo y comida de los hombres de la cuadrilla, Chuy, Maca y yo estábamos esperando la salida de los de la cuadrilla. Luego de saludar, el recién llegado preguntó que como me portaba y Chuy le dijo que bien, 
    -no le asusta el trabajo y eso que viene de la ciudad-, agregó. 
    -Bien, no esperaba menos de un Flores-, dijo don Roque al tiempo que desmontaba y daba la soga del burro a Maca y siguieron hablando del trabajo, mientras yo pensaba en lo que quería que sucediera, cómo, dónde y a qué hora. Todo fue pasando hasta la salida de la gente y el alboroto por el almuerzo que estábamos disfrutando y los perones para el postre que había traído el patrón. Terminamos el ...
    ... almuerzo y seguimos con la labor, en un rato dijo don Roque que iba a ver la parcela para la tarea del siguiente día. Por un rato lo estuve esperando y al ver que no regresaba, me distraje con el trabajo, en ir para acá y para allá y disfrutar de lo que para mí era un paseo. Luego llegó la hora de comer, prendieron la fogata y cada uno calentó su comida. A las 5 de la tarde se terminó la jornada, regresamos al pueblo y don Roque no regresó 
    Durante 2 o 3 días, fue la misma rutina, sólo que don Roque le ordenó a Chuy que me enseñara a montar para que yo me encargara de traer las gordas, así le llamaban al almuerzo y a quien lo llevaba le decían “el gordero”. De modo que en cuanto perdiera el miedo a la montura, yo iba a ser “el gordero”, apodo que se me quedó durante muchos años. En esos días aprendí o le perdí el miedo a montar solo, en el caballo que me había asignado llamado Bermejo. En realidad, don Roque estaba buscando la manera y el lugar para estar conmigo, teniendo como pretexto el trabajo, lo cual encontró el primer día que la hice de gordero. 
    La tarea del gordero era muy sencilla: A las 7 de la mañana debía ir al corral de don Roque para preparar y ensillar el caballo y luego hacer cierto recorrido por el pueblo, las esposas, madres, abuelas o hermanas del jornalero, salían a mi paso, enganchaban las talegas con la comida en el aparejo del burro. Lo que se me hizo extraño, era que ellas me ofrecían una moneda como propina, lo que yo nunca acepté, aunque me decían ...