1. Mi vecina Erika, primer parte


    Fecha: 24/09/2020, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Mike24, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... decía,
    -¿de verdad, me llevarías a comer fuera?-
    --Claro, es más, pasaré por tí en dos horas, ¿te parece?--
    -No, tengo una mejor idea, como no quiero que los vecinos nos vean salir juntos, digo por mi marido, mejor nos vemos a dos cuadras de la unidad, ¿está bien?-
    Me pareció una bien pensada idea y la acepté.
    --Ok, te veo a dos cuadras de la entrada de la unidad, yo llevaré mi coche, no te lleves tu camioneta--
    -Sale Miguel- Me respondió -Te veo en dos horas-
    
    Justo a la hora en que quedamos, estaba sentado detrás del volante cuando de pronto veo que venía caminando una alucinación de mujer que tarde en identificar como mi vecina Erika. Y es que estaba acostumbrado a verla siempre vestida con tops y leggins o pants y sin gota de maquillaje, pero ahora ante mí estaba Erika vestida con un vestido mini negro, medias del mismo color y unos zapatos de tacón de aguja muy elegantes, además de portar un maquillaje que resaltaba el hermoso color de su piel morena y sus hermosos ojos color almendra.
    
    Erika estaba muy emocionada de estar en un lugar tan elegante como el Churchill y no debaja de maravillarse con todo, el lugar, la decoración muy británica, el menú. Yo estaba como en mi casa pues el lugar era uno de mis favoritos. Pedí un excelente vino para acompañar la comida, la cual pasamos charlando de sus hijos, de su vida antes de casarse, de mi vida, mi divorcio, de mi frustración de no haber podido tener hijos por la negativa de mi ex esposa que ponía su carrera antes ...
    ... que tener descendencia. La velada iba de maravilla cuando de pronto sentí un piecito meterse entre mi pantalón y mi tobillo. Debo reconocer que brinqué un poco al sentir ese toque tan coqueto e insinuante por parte de Erika, detalle que no pensé del que fuera ella capaz. Al darse cuenta que su atrevimiento había despertado una sonrisa pícara en mi rostro, me la devolvió con otra sonrisa aún más pícara.
    
    Acercándose a mi rostro y me dijo
    -Sabes Miguel, eres la persona perfecta para desquitarme del imbécil de mi marido, claro, sólo si tú quieres- al tiempo que me guiñaba un ojo.
    --Sabes Erika, desde que te conocí me sentí enormemente atraído por ti, me encantas y me excitas mucho. Claro que acepto ayudarte a ponerle los cuernos a tu marido, el muy imbécil-- Le respondí yendo más lejos dándole un beso ligero en los labios, el cuál Erika correspondió con otro más profundo. Debo decir que cuando salíamos del Churchill era la envidia de todos los hombres, que me miraban llevar del brazo a tamaño mujerón.
    
    Una vez en mi auto, seguímos besándonos y Erika empezó a sobar mi miembro por encima del pantalón, poniéndomela muy dura, así que yo le acariciaba sus piernas y le metía mano debajo de su vestido, tocando vagina a través de sus pantimedias y su tanga, notando que estaba ya mojada. 
    
    -No quiero ir a un hotel Miguel, quiero que lo hagamos en mi departamento- Me dijo Erika mientras me plantaba otro beso en la boca.
    --¿No te importa que los vecinos nos vean entrar, vestidos ...
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