El callejón - Relatos Eróticos

El callejón

Eran las dos de la tarde, el calor convertía la casa en un infierno, "hasta la noche pueden prender el aire" fueron las palabras de mamá cuando preguntamos si podíamos dejar el aire prendido todo el día, mis hermanos decidieron optar por comprar helados, nos dirigimos hacía la tienda de la esquina, yo les comenté que quería caminar un rato, milagrosamente el clima fuera de casa era más soportable que en el infierno de adentro, decidí caminar un par de calles hacía delante, no había notado los negocios que habían alrededor de mi casa, mi helado estaba al borde de la extinción y cuando noto eso un pequeño callejón se deja ver a lo lejos, decido terminar con el helado y caminar hasta el callejón, se veía muy curioso y decidí entrar, para mí sorpresa, era un callejón algo limpio, con espacio para un par de personas caminando a la par, cuando tomo el valor para entrar a husmear, noto un pequeño viento fresco, muy agradable y no paro hasta dar con el origen, cerca de un contenedor de basura algo prominente se asomaba un gran aire acondicionado, que parecía tenía una abertura o defecto, pues dejaba salir una corriente de aire hacia atrás, no dude ni un segundo en sentarme, disfrutar el fresco aire que me llegaba directo, el contenedor me tapaba, así que nadie podía verme, para mí sorpresa el contenedor no daba ninguna peste, quizá ni siquiera tenía basura, en mi mente solo pasaba la grandiosa idea de venir a pasar las tardes aquí al aire, traer mi móvil y entretenerme en la ...

... comodidad de mi nuevo escondite acondicionado. 
Ya era el cuarto día de mí deleite en el escondite, los anteriores días había llevado un par de objetos y esconderlos entre la pared y el contenedor y al parecer nadie se molestó en entrar al callejón y revisar, parecía totalmente desértico, así que está vez lleve una pequeña almohada para que sea mucho más cómodo, la coloque en el sueño y me senté. Alrededor de las 3:30 decido ir a la tienda por algo de comer, compro algunas papitas y un jugó y para mi gran sorpresa al llegar a mi escondite escucho unos cuantos pasos, eran tacones, los podría reconocer a kilómetros, me intento asomar lentamente por abajo del contenedor y efectivamente eran pequeños tacones, y se alcanza a notar como un cuerpo cae sobre mi almohada, sentándose de una forma agresiva podría decirse, me entran los nervios pero de igual manera curiosidad, escucho llantos, lo cual hace que mi curiosidad aumente, me quedo pensando unos segundos que hacer, si irme o pedir mi almohada, pero antes de tomar alguna decisión mi celular vibra y con el nervio hasta el cielo que me cargaba, di un pequeño salto, golpeando el contenedor haciendo el suficiente ruido para hacerme notar, la chica da un pequeño grito, "quien está ahí" , yo decido quedarme callado, queriendo huir cuando me armó de valor para levantarme y dirigirme hacía ella giro mi cuerpo y ella se encontraba parada ya junto al contenedor, yo solo logro ver sus piernas, envueltas en un mezclilla algo ajustado, lentamente ...