El callejón - Relatos Eróticos

El callejón

... tacones, y mi nerviosismo aumenta, la chica camino hacia mi y se sentó, muy cerca de mi, me miró y me dijo "buena idea la de la almohada, es más cómodo", yo asiento con la cabeza, posteriormente ella empieza hablar sobre un dolor en su espalda que la a molestado durante un tiempo y no para de hablar, yo no pongo total atención, el nervio estaba siendo más poderoso que yo, su voz se escuchaba algo lejos, no entendía al cien, me miraba pero yo no podía mirarla, entonces ella toca mi frente y casi me grita ¿Estás sudando?, Cómo recién levantado vuelvo a mi cuerpo y despierto, toco mi frente y noto que sudo, estaba aún en el rango del aire acondicionado y aún así sudaba, mi nervio era más que evidente, ella comienza a reír, pero muy fuerte y entre lo poco que logro entender ella dice " tranquilo, no te voy hacer nada, relájate" extiende su mano y se presenta como mi compañera de callejón, yo apunto de pronunciar mi nombre soy interrumpido por ella, haciéndome entender que solo necesito decir lo mismo que ella, que no quiere saber mi nombre, lentamente pronuncio el título de compañero de callejón y ella contenta con eso decide sacar su móvil y colocarse de manera más cómoda en su almohada,  la intento imitar pero mi nerviosismo era evidente, decido voltearme un poco para que no tenga que mirarla, de pronto un par de gemidos se escuchan de su celular, se escucha como intenta bajar el volumen de su teléfono y con nerviosismo lo logra, yo me río un poco pues comprendo que es un audio ...

... de broma, sin embargo ella lo dice para que yo no piense mal, " es de esos audios de broma, además la gente real no gime así", mis pequeñas risas se acaban cuando pronuncia lo último, en casa la sexualidad no era algo que se pronunciará muy seguido y la palabra gemir pronunciado de una chica no era algo para nada habitual  en mi vida,  no deja de hablar ella " obviamente yo no hago esos gritos es exagerado tu sabes" rápidamente ella cambia su gesticulación, noto algo en mi que ni siquiera yo sé que fue, me mira, nuevamente el sudor está por invadir mi cuerpo, ¿Cómo gimes tu? Pregunta ella con total confianza, el tartamudo vuelve, " pues .. yo .. a .. así nor ... normal", nos quedamos unos segundos en silencio, " eres virgen" suelta ella, mi cara se convierte en un suplicar porque la madre tierra me trague en ese momento, quería desaparecer, ni siquiera me defendí, no negué ni asegure solo me quedé callado, "que lindo" termina diciendo ella, ese fue el momento más largo, doloroso y humillante que había tenido, ni siquiera menti diciendo que no era, callado totalmente y conforme los segundos pasaban mi oportunidad de refutar esa afirmación se esfumaba, cierro los ojos como un tonto queriendo desaparecer de ahí, y una mano toca mi pierna, abro mis ojos pero me paralizó, no puedo mirarla, solo siento su susurro en mi oreja " tranquilo, todos lo fuimos alguna vez". 
Mi mente nublo todo el resto del día, solo se que poco después se retiró me dijo "hasta mañana compañero" no tengo ...