1. Descubriendo mi hermana y yo nuestra bisexualidad con nuestros primos


    Fecha: 03/10/2020, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: AngelyValeria, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Luego de perder la virginidad juntos, mi hermana y yo seguímos teniendo relaciones sexuales casi todos los días después del colegio. Gracias a que nuestros padres, al ser ambos médicos y pasar fuera de casa mucho tiempo, disponíamos de la casa para nosotros solos, pues sólo dos veces por semana iba una señora a realizar el aseo. Es por ello que eramos muy independientes y desde temprana edad aprendímos a valernos por nosotros mismos tanto en casa como en la calle.  Así que con 16 años ella y yo de 15, eran bastante autosuficientes.
    
    Igual gracias a la profesión de nuestros padres teníamos a la mano literatura de sexo y aprendímos varias posiciones que mi hermana y yo practicábamos sin vacilar. Igual, por las muestras médicas que les daban a nuestros padres, Valeria comenzó a tomar pastillas anticonceptivas para evitar que la dejara embarazada, pues a ella le gustaba que yo me viniera siempre adentro de su vagina y a mí me encantaba hacerlo. Los únicos días en que no lo haciamos era cuando Valeria estaba en "sus días" y para compensar ella sólo me practicaba el sexo oral, tragándose siempre mi leche. A los casi dos meses de comenzar nuestra vida sexual llegaron las vacaciones de verano y desde que lo recordamos, envíaban siempre de Tijuana a nuestros dos primos a pasar casi un mes en nuestra casa. Nuestros primos eran de la misma edad que nosotros, pero a la inversa. Mi prima Lupita tenía 15 años como yo, mientras su hermano, José Luis, tenía 16 años como Valeria. Mi hermana ...
    ... y yo acordamos que mientras ellos estuvieran en casa tendríamos que interrumpir nuestras sesiones de cama y comportarnos como hermanos normales.
    
    La vida con nuestros primos en casa era la que acostumbrabamos llevar desde por lo menos los últimos tres años. José Luis y yo saliamos casi todos los días a andar en bicicleta o salíamos a jugar futbol o basquetbol con mis amigos de la escuela, mientras mi hermana Valeria y mi prima Lupita se la pasaban en casa oyendo música, leyendo revistas de espectáculos y cosas así, bueno, eso al menos era lo que nos decían.
    
    Un día mamá nos llevó a Valeria y a mí al hospital donde trabajaba para hacernos el exámen médico anual acostumbrado. Luego de terminar nos preguntó si queríamos quedarnos o irnos a casa y como Vale y yo estábamos la mar de aburridos le dijímos que nos ibamos a casa para jugar con nuestros primos. Camino a casa aprovechamos Vale y yo para ir tomados de las manos como novios y dándonos besos por todo el camino. Cuando llegamos a casa se nos hizo raro no escuchar ningún ruido, más sabiendo que José Luis y Lupita no salían de casa si no era con nosotros o con nuestros papás. Un poco asustados, Vale y yo subímos las escalera que daban al piso de arriba y cuando entrámos a la recámara que compartíamos mi primo y yo (Vale y Lupita compartían la otra) mi hermana y yo nos quedamos impactados de lo que descubrímos: Lupita estaba sentada al borde de la cama, con las piernas abiertas y encima de los hombros de su hermano, quien ...
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