A mí mujer no le gustaba el sexo anal - Relatos Eróticos

A mí mujer no le gustaba el sexo anal

... mmm, y me hace levantar la cola dejando bien expuesto mí ano.
Me deja así y se estira hasta la mesa de luz donde ya está listo todo lo que necesita, toma y se pone un guante de látex y agarra el pomo de lubricante, el cuál aplica generosamente en sus dedos principalmente. Con esos dedos cubiertos de lubricante, previo ponerse nuevamente atrás mío, los empieza a pasar hacia arriba y hacia abajo en mí culo cada vez presionando un poco más, diciéndome relájate mí amor, relájate. Yo a todo esto estoy en silencio tratando de relajar al máximo mí cuerpo y en especial el culo, sintiendo como alguno de sus dedos va entrando.
Ella sigue agregando lubricante tanto a sus dedos como a mí culo y yo siento como van entrando más dedos y como me va abriendo al mismo momento que apoyo bien la cabeza en la almohada y me entrego a ella, lo cual le digo, mí amor haceme lo que qué quieras, juga conmigo como te guste.
Si mí amor mmm estás muy relajado estás muy abierto , ahora sos mío, dice ella. Y retira sus dedos, no se cuantos había, de adentro mío y toma un dildo de tamaño mediano, un poco más pequeño que mí miembro,  de la mesita de luz, le pone abundante lubricante y lo apoya sobre mí culo tratando de centrarlo, y empieza a presionar suavemente mientras rota el juguete, y siento que entrá de golpe  con una sensación fuerte como que me abre de golpe, distinta a la de los dedos, es más duro y me llena más.
Pasado unos segundos ella empieza a empujar el juguete hacia adentro llenándome ...

... cada vez más, de poco moviéndolo hacia adelante y hacia atrás, pero siempre más profundo, hasta que lo siento bien adentro llegando hasta el tope del juguete, me lo metió todo. 
Mí amor como te gusta dice ella, yo le respondo preguntándole, mmm y vos te gusta. Claro me encanta que te  entregues así, me responde, me re calienta estar en control.
A lo que comienza a mover el dildo hacia atrás y luego nuevamente hasta el fondo, primero suave y luego un poco más rápido, a veces hasta el fondo, luego a veces casi lo sacaba y lo metía hasta la mitad, y algunas veces lo sacaba del todo y me lo volvía a meter. 
Yo seguía con la cabeza en la almohada seguramente gimiendo muy bajo disfrutando del placer de cómo mí mujer jugaba con mí cola.
Luego de unos largos minutos ella saca definitivamente el consolador de mí culo, lo deja sobre una toalla que estaba en la cama, y agarra de la mesa de luz otro juguete, bastante más grande, de unos 20 CM de largo, y de ancho una vez y media el anterior, este un poco más grande que mí miembro, que no es nada chico. También lo cubre de lubricante y contándome lo abierto que estaba, repite el procedimiento. Que relajado estás, me repite, y apoya el juguete en mí entrada y lo mete casi de una vez hasta la mitad.
Mmm huy mí amor dame un poco de tiempo, le digo esperando  a acostumbrarme a ese juguete tán grande. 
Si mí amor no hay apuro, tenemos toda la noche me responde ella.
Luego de unos segundos empieza nuevamente a empujarlo y a meterlo y a ...