A mí mujer no le gustaba el sexo anal - Relatos Eróticos

A mí mujer no le gustaba el sexo anal

... del puño de mí mujer, siento que mí culo se relaja adentro  y de una vez la parte más ancha de su mano se abre paso a mí interior, dilantandome de una forma a la vez brutal y placentera provocando un placer extraño y extremo dejándome como en trance durante unos segundos, superado por el placer y también por el esfuerzo físico.
Ella susurra mmm mí amor ya entro, cosa que por supuesto ya se, y deja su mano quieta dentro mío. Aunque ella ya lo sabe yo le digo quedate quieta mí amor dame tiempo.
Ella me da unos segundos para acostumbrarme y comienza a girar suavemente su mano dentro mío comenzando a causarme un placer muy pero muy intenso apenas soportable, mientras ella también gime y me dice disfrutalo mí amor, que relajado estás, como te gusta y frases así.
Yo siento como mí orgasmo va creciendo pero no nace desde mí miembro.
Ella sigue moviendose dentro mío no solo ya rotando su mano si no también empezando a hacer un movimiento de entrada y salida pero sin sacar su puño solo llegando hasta la parte más gruesa de su mano, hasta que en un momento mí cola se relaja aún más y ella puede salir de adentro mío para ya mucho más fácilmente volver a entrar. Mí mujer ya comienza a jugar metiendo, girando y sacando su mano de adentro mío provocando que mí placer llegue al límite del orgasmo, a lo que en un momento me dice, termina mí amor, termina. 
Yo siento que ...

... ya no puedo más con tanto placer ni con tanta intensidad y estando borde del orgasmo por ya muchos minutos no hago más que tocar mí miembro unos pocos segundos para estallar en un orgasmo intensisimo y que se exparse por todo mí cuerpo pero que en especial se siente dentro mí culo y de ahí va al resto del cuerpo. 
Mientras estoy teniendo mí orgasmo ella retira suavemente su mano de mí cola y se acuesta a mí lado ,se retira el guante lleno de lubricante de la mano que estuvo un rato dentro de mí y la lleva a su vagina mojadisima y comienza a masturbarse intensamente mientras me dice, morderme las tetas que acabo, cosa que yo hago inmediatamente ya que continúo arrodillado a su lado, llevo su pezón mas cercano a mí, a mí boca y mí mano a su otro pecho apretando su otro pezón, para acto seguido escucharla gemir y respirar entrecortado debido a su orgasmo.
Nos quedamos un buen rato acostados uno al lado del otro, acariciandonos, mirándonos, recuperandonos principalmente, hasta que alguno de los dos dice, te amo estuvo hermoso, y vamos a bañarnos, y limpiarnos y a relajarnos.
A brindar con algo de vino y a comer para recuperar energía luego de tanto sexo y placer.
Antes a ella no le gustaba el sexo anal, ahora ella me lo pide muchas veces a mí, le gusta mucho hacerme gozar, y también lo disfruta mucho, aunque el lugar de esos juegos ya no sea su culo si no el mío.