Tendencia natural - Relatos Eróticos

Tendencia natural

... espaldas a la puerta lo que me daba la oportunidad de disfrutar también de su bello culito que había quedado bastante dilatado con el tratamiento de una hora antes.
Y en la medida que se calentaba la muchacha con la penetración empezó a estrujar sus pechos introduciendo los dedos en sus pezones como si fueran pequeñas bocas. Tras un rato llevó una mano al orificio de su culo y empezó a agregar a la dilatación de su concha la progresiva inserción de los dedos de su mano izquierda hasta que el puño completo se perdió en el orificio comenzando un chapoteo de meterlo y sacarlo hasta que tuvo unos 30 cm del extintor dentro de su concha y empezó a retorcerse mientras sus piernas tiritaban en un explosivo orgasmo que tuvo que silenciar tapándose la boca.
Creí que todo había terminado y me disponía a ir a machacármela en mi cuarto pero me detuvo el espectáculo de la muchacha golosa al sacar el cilindro de su coño el que emitió un sonido como el descorchar de una botella. 
Se levantó sólo un poco y para mi perplejidad volvió a bajar su pelvis hacia el encharcado cilindro pero esta vez lo apoyó en la entrada abierta de su ano que recibió acogedor el extremo redondeado del extintor el que empezó a deslizarse con facilidad por el recto de la chica. Ella empezó a gemir quedamente mientras se ensartaba y levantaba bajando cada vez más por el cilindro rojo hasta que ante mi estupor lo consiguió introducir completo en su culo lo cual pareció producirle una gran satisfacción porque ...

... empezó a ondular en un orgasmo que ella culmino insertando de un solo golpe su puño completo en su coño.
Esto fue demasiado para mí y sentí como mi pene vibraba y empezó a manar mi leche sin control alguno sacando un gemido grave apenas audible pero que pudo haberme delatado. Me escurrí escaleras arriba y me detuve en mi puerta para escuchar qué ocurría abajo. Primero solo hubo silencio y luego sentí pasos que se dirigieron había el pasillo se detuvieron cerca de un minuto allí y luego la puerta del cuarto se cerró y la chica puso el picaporte.
Me supe descubierto y más que mi vergüenza sentí que ya no tendría oportunidad de solazarme con esta Valquiria que se me había presentado en tan extrañas circunstancias.
En esa pesadumbre me dormí. No sin antes machacarme un par de veces mi enorme aparato viril.
Por la mañana, me despertaron los nudillos de Laura trayendo el desayuno, no respondí haciendo como si durmiera, pero dejé que quedara al descubierto mi virilidad solo tapada por el holgado calzón de dormir.
Tocó nuevamente la chica y ante mi silencio entró y se quedó quieta en la puerta. Entreabrí los ojos y vi que estaba mirando fijamente el descomunal bulto que se erguía en mi entrepierna. No me moví pero me delataba mi pene que crecía aún más por momentos dando pequeños cabezazos y una mancha de humedad comenzó a marcarse en la cabeza que se hinchaba a ojos vista desafiando la resistencia de la holgada tela de los calzones de dormir que hora estaba tensa como una ...