m) Alex, el misterio
Fecha: 03/07/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... recorrerme todo el cuerpo.
Seguíamos gimiendo los dos gozando de la cópula, del apareamiento perfecto. Admitido por los dos nuestro papel, sus gemidos eran hondos, profundos y roncos como corresponde al viril macho, los míos suaves, lastimeros, entregado a la sumisión del varonil semental que resultaba mi Óliver.
Nuestros gemidos tenían que ser audibles fuera de la habitación y temí que nuestro padre apareciera de nuevo, pero en ese momento no nos importaba nada, papá podría escuchar como uno de sus hijos follaba sin piedad al otro si es que no estaba dormido. Nuestros movimientos se hacían más rápidos y veloces, él metiendo y sacando la polla tirando de mis caderas, a veces de mi cintura rodeada por sus manos, y yo abrazando el duro pene con el culo. El placer era increíble, el dolor inexistente y sentía como mi verga chorreaba al rozarme la próstata algunas veces.
Óliver era impresionante, había logrado aprender y a aguantar, era diferente a hacía un año cuando me comenzó a follar, ahora la enseñanza se había vuelto al revés, era él quien me mostraba los caminos del placer en el sexo y sabía su cumplir con su papel de macho absoluto.
Para terminar, y sentía que no podía aguantar mucho, gemía más fuerte y aceleraba las embestidas haciéndolas muy profundas, logrando que mi cuerpo temblara y sintiera agradables contracciones y calambrazos.
No sentía ya sus manos en las caderas dormidas por sus apretones y Óliver seguía y seguía hasta que cerré el culo y empiné ...
... la espalda al correrme entre gritos y estertores.
Un momento después era él quien comenzaba a correrse con todo el rabo en mi ser, depositando los chorros de su semilla en mi cuerpo, me lleno con su leche y sin sacarla se apoyó en mi espalda, recuperándose con la respiración agitada, sudábamos los dos a mares y sentía como se me escapaba el pene de dentro del culo, resbalando también el semen a goterones por mi perineo hasta los testículos.
Mi hermanito se desprendió de mi terminando de sacar la polla, dando por concluido el excelente trabajo que había hecho, quedó rendido a mi lado, yo boca abajo y el mirando al techo. Al cabo de unos minutos nos habíamos repuesto y miraba su perfil metiendo los dedos en su sobaco para sentirle el vello.
-Gritas mucho Óliver, ¿lo has pasado bien? -no me respondía y tiré de los pelitos de la axila para que me atendiera.
-Papá nos ha escuchado… -se reía sin atender mis temores.
-Mira quien fue a hablar, pareces una plañidera sometido al potro de tortura y crees que soy yo el que grita. -sonreía a la vez que ahuecaba el sobaco para que metiera la mano.
-Papá nos va a sorprender en situación comprometida.
-¿Tú crees que papá no sospecha algo? Creo que sabe a ciencia cierta lo que hacemos, ¿por qué crees que no ha entrado? -me coloqué sobre los codos y me acerqué hasta que nuestras bocas estuvieron cerca.
-No puede ser Óliver, hubiera dicho algo, no se lo que pudiera decir, pero algo. -me ponía rojo solamente al pensar que ...