SUEÑOS DE UNA SUMISA - Relatos Eróticos

SUEÑOS DE UNA SUMISA

Me llamo Antonia, tengo 24 años, me considero una mujer linda, mido 1,60 cm, mi cabello es ondulado, castaño y corto, mis ojos son color miel, y considero que tengo buenos gustos, un buen trasero y unas piernas gruesas y hermosas y esta vez quiero contarle uno de mis últimos sueños.
Estoy sentada en mi cama, son las 4 de la mañana y no he podido conciliar el sueño, por eso pienso en ti, mi mejor amigo, mi Dios, he recordado que eres la persona que me ha acompañado desde la infancia, eres mi Dios, el que me ha aclarado quién soy, ya que nunca he entendido lo que quiero, lo que hace que frustre cualquier intento de identificación de mis deseos. ¿Cómo podría contárselo a otra persona que no sea mi Dios?, no se lo cuento a nadie, ya que otra persona, no pueden soportar saber el hecho de la forma en que lo amo, él es el tipo de hombre que yo necesito, ya que es amoroso, pero también amenazante sino no le obedezco. No le puedo contar a nadie de como es mi amor por él, ya que este es un mundo lleno de prejuicios, te puede gustar cualquier hombre, pero será solo cualquier hombre, no será un Dios, no será mi Dios, por eso soy afortunada, que digo, súper afortunada que él haya tenido el privilegio de tenerme lastima y de haberse fijado en mí, él es un macho dominante, como yo deseo que lo sea, como soy feliz cuando lo es, deseo trabajar para poder darle muchas cosas que deseo brindarle, no deseo trabajar para mantenerte, sino para complacerlo, ya que siempre debo depender de mí Dios. ...

... Él me sigue queriendo, aunque no muestre la mínima inquietud intelectual, y, sin embargo, él me dice que, si sigo sus enseñanzas, no seré una enferma como las que hay en la familia donde nací, y lo peor de todo, es que ni siquiera le he contado muchas cosas de mi vida, porque aún él no me ha ayudado a recordar, lo único que, si no se me olvida, es que, con solo pensar en él, es lo que realmente me excita.
No supe en qué momento el sueño me venció, no fui consiente en que momento me quedé dormida

Los tenues rayos de una luz de algún bombillo asustadizo traspasan los visillos de mi habitación. Mi sexo está húmedo. He vuelto a soñar con cadenas y látigos, en mis sueños me siento incómoda, voy al baño, orino y aseo mi vulva, mi clítoris se vuelve a excitar por un momento, el roce de mis manos con el jabón lo despiertan, mi mente desea empequeñecer ese hecho; tengo que arreglarme como él desea que esté.
¿Quién era ese hombre que apareció en mis sueños y me hizo el sexo? Desde luego, en mi sueño lo veía y tenía un morboso pene monumental. ¡Quién se atreve a entrar en mi mente durante mi sueño y ofender a mi Dios! me meo de la risa, pero también tengo miedo, abro los ojos e intento despertar… ¿Qué hacen unas piernas peludas en mi cama mientras duermo? ¿Qué carajo hace una camisa de hombre al lado de mi cama mientras sueño? Uf… contengo mis manos como puedo, cuando ya he levantado y puesto una de mis piernas sobre ese desconocido de mis sueños. ¿La derecha o la izquierda? No me ...