Sometida
Fecha: 24/10/2020,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Sardaukar110, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... carecía del tono cortante de hacía un momento. Dana obedeció, quedando apoyada sobre sus manos y sus rodillas, temblando.
-Acostumbrada a mandar, ¿eh? A llevar la voz cantante, y ser obedecida.
Dana asintió.
-Hoy no tienes que preocuparte de eso. Limítate a disfrutar.
Y sintió cómo una enorme manaza se deslizaba sobre sus nalgas, por su perineo y entre sus piernas, hasta cubrir todo su monte de Venus con sus fuertes dedos. La otra mano fue directa a sus pechos. Dana siempre pensó que tenía un par de enormes tetas, pero la manaza del kurgano las abarcaba sin ningún problema. Mientras la mano derecha tocaba su sexo empapado, la izquierda masajeaba enérgicamente sus pechos, pellizcando un pezón aún por encima del sujetador deportivo.
-Tengo un problema. -le susurró al oído. Su aliento en su oreja la hizo estremecer. -Y es que me gustas mucho con tus botas puestas, pero el pantalón me estorba para follarte en condiciones. -y le dio un sonoro cachete en las nalgas. -¿Que quieres que haga? ¿Te lo quitas, o lo rompo?
Un murmullo ininteligible surgió de su garganta.
-¿Que dices?
-Lo que tú quieras. -consiguió articular.
¿Qué le estaba pasando? Ella era la tía dura, la capitán de una nave de guerra, la que se follaba todo y a todo el que le apetecía hasta que pedían clemencia, y ahora hela aquí, gimiendo como una perra y a merced de un hombre, un desconocido.
Pero se sentía tan bien allí, como un juguete entre sus grandes manos...
La tela elástica se rasgó con un largo ...
... crujido (le hizo un poco de daño al romper de un tirón la cinturilla elástica), y quedó asi, con el culo y el sexo expuestos y las perneras de los leggings en las piernas como si de dos burdas medias se tratara.
-Me gusta ver a una mujer sin bragas y con el coño chorreando. -declaró el kurgano.
-Para. -le pidió con un hilo de voz. -No hables así.
Korden le propinó un fuerte manotazo en el trasero que la hizo saltar de dolor y sorpresa. Al primero le siguió otro, directamente entre las nalgas, que hizo que su esfínter se estremeciera. Un tercero, mas suave, impactó de lleno en su vulva, arrancándole un chillido. Luego, sus asperos dedos rozaron apenas su sexo palpitante y sensible, y ella bajó aún mas el cuerpo, hasta que sus pechos tocaron el suelo de la cubierta, a la vez que separaba un poco más las rodillas, exponiendo su sexo. Un grueso dedo se deslizó entre sus labios hasta el mismo fondo de su vagina, provocándole un estremecimiento ante lo inesperado y repentino de la invasión, pero el dedo penetró suave y profundamente en su cuerpo; tan húmeda y excitada estaba la mujer. Un gemido escapó de entre sus labios; un gemido lleno de lujuria y deseo.
-Mmm. ¿La Capitán se corre con un solo dedo?
Y un segundo dedo se introdujo en su coño, llenándola, dilatando el túnel interior. El gemido fue más alto, casi un grito. Los dedos salieron de su interior, para volver a entrar, y otra vez, y otra, y otra. En una ocasión salieron y recibió un nuevo cachete en la vulva que le ...