1. Mi mujer tan santa... tan puta


    Fecha: 23/12/2017, Categorías: Confesiones Autor: Tinta Mágica, Fuente: CuentoRelatos

    ... nosotras y nos pidió un “borrón y cuenta nueva”. No, ni siquiera se disculpó. Nada de pedir perdón. Si, lloró y dijo que lo lamentaba, pero hasta ahí. Yo, esperaba algo más –como siempre- de ella, pero ni siquiera eso me dio. Ahora quiere que convivamos como si nada hubiera pasado. Y yo no la he perdonado y no sé si algún día lo haga.
    
    He estado llorando toda la tarde en el baño, primero de dolor y después de borracha. Dime, ¿tenemos que pasar por tanto dolor o solo yo? ¿Sabes que se siente cuando estás tirada en el piso y tienes más confianza en el cemento frio que en alguien que dice es tu familia?
    
    -no tengo respuestas para lo que dijiste, pero un baño puede ayudarte a descansar. Usa el agua caliente hasta que te sientas mejor.
    
    -¿me puedes acompañar?
    
    Ya en el baño, me quede sentado en el w.c. mientras Caro seguía llorando bajo la regadera. Después, la sequé, le puse su bata y la llevé a dormir.
    
    A media semana le llamé a Mario para indagar sobre la madre de Caro. Me corroboró lo dicho por mi pareja y dejó muy en claro el desprecio que sentía por ella.
    
    -les hizo un daño inmenso a las muchachas. Bety casi no le habla.
    
    -pues el fin de semana es su cumpleaños
    
    -si, nos llamó también, pero no vamos a ir.
    
    -ah, entonces los espero en el departamento. Tengo una botella de brandy.
    
    -le digo a Bety y te confirmo. Ya sabes cómo es ella.
    
    -igual ve …
    
    -gracias, pero no me gusta salir sin ella.
    
    Y el fin de semana, Caro salió a ver a su madre. Me puse a ...
    ... jugar videojuegos.
    
    Le llame a Caro a las 2, 3 y 4 de la mañana y no contestó. A las 5 un taxi la dejo afuera del departamento y tuve que bajar por ella pues estaba ebria.
    
    -¿Cómo fue que te viniste en este estado? ¿y si te pasa algo? –le dije muy enojado.
    
    -no me iba a quedar allá ¿verdad? Además, son taxis de base. Y conocen a mi mamá.
    
    Pensé que Caro iba a dormir, pero no. Se quedó sentada en la cama.
    
    -¿vas a seguir jugando?
    
    -no, ya no. Mejor duérmete.
    
    -uy, ¡que aburrido! ¡mejor me hubiera quedado allá! Vieras que relajo se traían.
    
    -pues dime, no sé nada de tu maravillosa familia…
    
    -botellas a morir, cigarros a morir y comida a morir… ¿Qué más quieres saber?
    
    -mucha muerte… ¿no? ¿Quiénes eran los invitados?
    
    -compañeros de trabajo de la pareja de mi mamá, 1,2,3,4,5,6…y unos vecinos… y después más vecinos.
    
    -Caro, ¿no crees que fue una inconciencia haber tomado de más con unos desconocidos?
    
    -nop… además ahí estaba mi mamá…
    
    -ah, ¿entonces ahora si ya puede cuidarte?...
    
    -tú no tienes derecho a criticarla. Ella a ti no te ha hecho nada –respondió gritando.
    
    -mejor me voy a la otra recamara para que descanses
    
    -no vas a ningún lado. Aquí te quedas conmigo.
    
    -no, no lo voy a hacer
    
    -vete y te juro que destrozo la consola de tus jueguitos.
    
    Tragándome mi coraje, me quede. No había visto jamás a Caro enojarse así. No conmigo.
    
    -está bien. ¿Nos acostamos, pues?
    
    Cuando se desvestía, me arrojó su suéter.
    
    -¡huélelo! Ahí viene el ...
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