Las chicas en día de lluvia
Fecha: 09/12/2020,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Es así nomás, hay días que son magníficos y otros como la mierda. Llovía a cántaros, todo el día, y tuve que ir a una obra en la loma de la ojete, todo lleno de barro. Cuando volvía, a media tarde, no fui por la autopista, porque te sacan la cabeza con el peaje, así que me metí por las calles laterales -las colectoras no estaban terminadas todavía-, tratando de no meterme en un charco, mirando atentamente el camino. Fue cuando pasé por una parada del colectivo.
Nomás cinco o diez metros más allá me di cuenta, esas cosas que uno ve sin mirar: en la paraba había dos mujeres con un bebé. Eso es lo que me pareció. Paré y volví hacia atrás.
Efectivamente, eran dos chicas jóvenes y un bebito que por más que lo tuvieran cubierto no iba a dejar de mojarse. Les hice seña, paré a su altura y les grité:
-¡Vamos, suban, se van a mojar y se va a mojar el bebé!
-No, no, gracias señor…
-¡Que gracias ni gracias! ¡Suban! - Y les abrí las puertas.- ¡Rápido que se mojan!
La que tenía el bebé subió atrás. La otra a mi lado.
-¡Cierren bien!
-Si, si, gracias, gracias.
-¿Dónde van?
-Acá nomás, al súper, allí hay refugio y esperamos el micro.
-¿A dónde van? Las llevo.
-Es que no queremos molestarlo.
-¡Qué molestia! ¡El bebé se va a enfermar con esta lluvia! ¿A dónde las llevo?
Estábamos llegando al súper.
-Nos deja allí y tomamos el cole.
-No jodan ¿dónde van?
Me dijeron dónde. Lo conocía perfectamente, no era lejos.
-Bien, vamos. - Serían unos 5 km.
Entonces pude ver a la ...
... que tenía el bebé. Era prácticamente una nena, no más de 15 o 16 años. La miré por el retrovisor. La que estaba a mi lado algo mayor, no mucho, 21 o 22.
-Dejame ver al bebé. - No tendría más de 3 o 4 semanas. – Precioso, es precioso. ¿Es tuyo?
-No, no es de ella, es mío. - Dijo la mayor. - Ella es mi hermana, está más seca. Estaba más protegido. Es mío. – Muy orgullosa la mamá.
-Es precioso. Tenés que cuidarlo, no salir con este día.
-Lo que pasa que fuimos al médico que nos había aconsejado una amiga, que no cobra caro. En el hospital había una cola enorme.
-Bueno, ya estamos bien.
El barrio donde viven las chicas es un aglomerado inmenso, más de 1.000 departamentos.
-¿Vieron que así fue más rápido y seguro? ¿Dónde las dejo? Indicame donde no tengan que mojarse.
Entramos en un estacionamiento inmenso, donde había juegos, canchas y autos. Daban a las entradas de los edificios, de 4 pisos con una galería en PB con comercios.
-Allí, en esa entrada.
Al comienzo de la escalera hay una visera de hormigón. Estacioné lo más cerca posible.
-Bajen con cuidado, no metan los pies en los charcos.
-Gracias señor, muchas gracias. – La chica con el bebé ya estaba al reparo, bajo la visera. La mayor, antes de bajar se dio vuelta hacia mí.
-¿No quiere bajar señor? A tomar algo, un café, lo que quiera.
-No, no, gracias.
-Es que queremos agradecerle de alguna manera…
No me interesaba el agradecimiento, pero en ese momento me di cuenta que podría parecer un “desinterés de ...