Las chicas en día de lluvia - Relatos Eróticos

Las chicas en día de lluvia

... ahora Zulma parecía más grande, de 15 o 16 había pasado a 18 o 19 años.
	Eliana tiene tetas más grandes, seguramente por la maternidad, pero Zulma tiene un culito esplendoroso, que se ocupa muy prolijamente en mostrarme, compitiendo con las tetas de la hermana, mientras se agacha sin doblar las rodillas para buscar algo bajo la alacena, creo sin la menor importancia, solamente para mostrarme el culo.
Caramba, estaba pasando algo raro, entre las tetas de Eliana y el culo de Zulma, se me estaba poniendo el choto duro, eso sentía, por lo menos en principio morcillón, pero si esto seguía no iba a saber cómo disimular para que las chicas no creyeran que yo era un degeneradito, o bueno, tal vez ellas lo quisieran así. No sé. Como para tantear el terreno pregunté.
-¿Y el papá de Bryan?
-No tiene. – respondió Eliana.
-¿Cómo no tiene? ¿Nació de un repollo? – Me reí para que parezca más suave mi comentario, aunque suponía la respuesta.
-Se fue cuando quedé embarazada. Nunca apareció. - Bueno, la cosa estaba más clara. Bryan se durmió, lo llevó a la cuna.
Eliana se levantó, todavía con las tetas al aire, sin preocuparse por cubrirlas y fue hacia la habitación. Zulma estaba frente mío, sentada del otro lado de la mesa, con el café. En cuanto la hermana se levantó sentí su pie en mi bulto, sin ningún disimulo y con la mejor sonrisa. ¿Vendría así la mano? ¿O estaba compitiendo con las tetas de la hermana? Me la sobaba deliciosamente.
-¿Qué tal el café? ¿Te gusta? – Se refería a ...

... las caricias con el pie, sin duda.
-¡Exquisito!
Pasaron varios minutos, en que seguimos saboreando el café y su pie, con la mirada en los ojos, y la sonrisa pícara de la nena.
Eliana fue al baño y se cambió, sin duda. 
¡Bueno! Otra que Zulma, ¡un negligé transparentísimo… sin nada abajo! ¡Estas chicas me quieren matar!
	Zulma largó la carcajada.
-¿Y si Dany sufre del corazón?
-No te preocupés Zulmi, estoy sanito, todo sanito.
Sólo hace un rato que nos conocemos, pero son bastantes imaginativas. Eliana baja los ojos.
-Sin locuras todo resulta aburrido. – Quiero motivarlas, como para no quedar atrás.
-Me gusta lo que decís. No sos apurado.
-Me mataste. No puedo dejar de mirar tu cuerpo enfundado en ese negligé transparente.
Con una mano le subo la falda y cierra los ojos cuando siente mis dedos en su piel. La otra mano la meto por abajo apretando el culo, llegando hasta la zanja. Me arrodillo y aparto con la mano izquierda lo que tapa la ingle, y pongo la cabeza a la altura de la concha, llena de castaños pelos rizados. El paisaje es fenomenal.
Me levanto lentamente aspirando su aroma por sobre la transparente tela, rozando con mi mejilla sus protuberancias, pubis, vientre y tetas, hasta llegar a sus ojos que me miran entre sorprendidos y encantados.
Se inclina resaltando su culo que no abandoné un momento de mi mano, y me da un piquito sonriendo.
Zulmi pasea por la habitación desnudándose, como para no ser menos y llamar mi atención. Le veo el hermoso culito, las ...