Las chicas en día de lluvia
Fecha: 09/12/2020,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... clase”, como un desprecio, pero no quería molestar a que se vieran obligadas.
-Es que…, que se yo, usted es tan amable, venir hasta aquí, irse sin que siquiera le demos un café… La mamá me miraba como si yo fuera el “padre santo”.
-Ni los nombres le dijimos…
-Bueno…, el descortés fui yo que no pregunté…
-Suba con nosotras así nos conocemos… - Me brindó una sonrisa llena de encanto.
-¿El coche lo puedo dejar en cualquier lado?
-Claro, ahí nomás.
-Bueno, voy. – Bajamos ambos, cada uno de su lado. Cerré y las seguí.
Se deshacían en agradecimientos, tanto que me ponía incómodo. Fuimos hasta el 2º piso. Caminamos unos metros por la galería y la mamá abrió la puerta del dpto. Es pequeño pero impecable. Me acuerdo muy bien de las disposiciones y el equipamiento.
-Gracias por estar con nosotras.
-Es que no quiero molestar.
-Usted se molestó por nosotras… - La menor fue hacia el dormitorio y volvió sin el bebé. – Ahora hago el café, ¿está bien?
-Lo que quieran.
Pero no hubo tiempo; los berridos del bebé resonaron en todo el departamento.
-¡Ja, ja! ¡Te olvidaste de darle de comer! – La más chica volvió rápido y lo trajo. La mamá se sentó en una silla, desnudó su pecho y la criatura se prendió como garrapata. Te diré que cuando vi la teta yo también me habría prendido. ¡Hermosamente perfecta!
-Bueno, es hora de presentarnos.
-Justo. Yo me llamo Eliana. – La mamá tomó la palabra mientras el bebé chupaba. – Mi hermana Zulma, con “Z”, ¿y usted?
-Daniel, pero me podés ...
... decir “Dany”.
-Y a mí me puede decir “Zulmi”…, entonces “Dany”… hago el café. – Zulma se acercó a la mesada y comenzó los preparativos, mirándome sonriente, mientras Eliana cambiaba de teta al bebé. No hizo ningún movimiento como para cubrirse. Con un pañuelito se secó el pezón, y dejó la teta al descubierto, mientras sacaba la otra.
El espectáculo es de lo más agradable: una ocupada por el nene, y la otra ocupada por mi mirada. Ya que ella no tenía problema en mostrarla, yo no tendría problema en mirarla. Eliana dibujo una amplia sonrisa de complacencia. Estaba tan encantada como yo. Zulma relojeaba sonriente.
-Pero no me dijiste como se llama tu hijito.
-Bryan… o “braian”, como más te guste. – Caí en la cuenta que Eliana me tuteó. Tenía razón, si yo le miraba las tetas, ella bien podía tutearme.
Mientras se calentaba el agua, Zulma fue al dormitorio.
-¡No te olvidés del agua! – Le grito Eliana.
-Está bien, está bien, avisame. – Contestó Zulma.
Al minuto Eliana avisó. Zulma volvió rápido. En poquísimos minutos había sufrido una gran transformación. Se quitó la ropa húmeda, que su hermana no había podido hacer por la urgencia alimenticia de Bryan, y vino con una mínima pollerita, una escotada blusita que no le llegaba al ombligo y unas chinelas que dejaba al descubierto unos muy hermosos pies. Toda ella estaba hermosa, el cabello recogido en una cola de caballo resaltaba un rostro perfecto, con grandes ojos negros. En realidad ambas hermanas eran muy parecidas, y ...