1. LOS AÑOS NO PASAN SOLOS; MEJOR BIEN ACOMPAÑADO


    Fecha: 11/12/2020, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Y así estaba yo, mete shaka, shaka, chucu, chucu, meta bombear, como un pozo petrolero, absolutamente concentrado en tarea tan distinguida y precisa. Emi entrecerraba los ojos y sonreía. Sus piernas bien abiertas y yo dale que dale. Ni siquiera pensaba como había terminado tan gloriosamente cogiéndome a semejante mujer. Tres semanas atrás ni me lo hubiera imaginado.
    No te creas que fue así de fácil. Hubo mucho preámbulo, bueno…, no mucho, pero hubo. Apareció un día por la facu, tal vez estaba desde mucho antes y yo no la había visto o por lo menos no me había fijado en ella. La cosa es que apareció en nuestra materia y en nuestro grupo, unos diez u once. Era una vez por semana, estaba buenísima, un metro setenta, más o menos, brutales tetas, hermoso culo, piel muy blanca, ojos marrones claro, de anteojos y rubia, natural, eso me pareció pues las cejas eran del mismo tono. De cualquier manera eso importa poco.
    Era silenciosa, tomada nota de lo que decía la docente, pocas veces hacía algún comentario y pocas veces cambiaba alguna palabra con alguien. Venía sola y se iba sola. Y eso que los cuatro tipos que estábamos en el grupo no le sacábamos la vista de encima tratando de calificar a sus tetas y a su culo: 10 sobre 10, y era invierno y el aula era bastante fría de tan grande, estaba muy abrigada como todos, pero el pantalón era recontra ajustado y se le notaba perfectamente la zanja y el papo.
    Era una de esas mujeres súper sexi, pero por alguna razón –probablemente porque ...
    ... ya tuviera un macho– no quería provocar a nadie, aunque con los pantalones y los suéteres, bueno…, había que pensar en otra cosa, para que no se notara que cuando me levantaba la tenía dura. 
    Las otras chicas, sin duda tenían animosidad para con ella, pero no parecía importarle. Así fue durante cuatro o cinco semanas. El invierno era duro y el tiempo una mierda.
    Ocurrió un jueves. Dado su humor y extraño recogimiento nunca quise hacerme el canchero y suponer que había algún tema que me interesara tratar con ella. Yo era poco propenso al avance gratuito o simulado. Si aparecía bien, si no… paciencia, pero ese día bajamos las escaleras juntos, yo contra una pared y ella contra otra, junto a varias decenas de alumnos más. Eran tres pisos…; me quedé un par de escalones atrás, nada más que para apreciar como movía el culo cuando bajaba. Tremendo. Ni me imaginaba que iba a encararla de alguna manera…, pero cuando llegamos a la salida estábamos uno al lado del otro… y llovía a cántaros.
    Nos miramos, como para darnos ánimo y ella lo dijo:
    -¡Diablos, como para salir!
    -Si, hay que esperar un poco.
    -No tiene pinta de parar pronto.
    -¡Tener paciencia! No es la primera vez, y para colmo el estacionamiento estará súper barroso.
    -Bueno… los colectivos están sobre asfalto...
    -Ah… -ahí pensé: vaya novedad,  viene en colectivo, quiere decir que no hay quien la trae o la lleva en auto...
    Miramos como distraídos hacia el cielo, a ver si hacíamos parar la lluvia… Por supuesto no éramos ...
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