1. LOS AÑOS NO PASAN SOLOS; MEJOR BIEN ACOMPAÑADO


    Fecha: 11/12/2020, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... más?
    -No, por suerte. Habrá supuesto que salía con vos…
    -Ja…, que honor…
    Nos reímos de la “suposición”. En ese momento pensé que me gustaría cogérmela, por supuesto, pero no quería apurar las cosas, más por mí que por ella. Yo era casado y con dos hijos y… tendría que buscar la manera que ella lo supiera… y no huyera…
    Emi tendría 22 o 23 años, yo le llevaba 10 por lo menos.
    -Y vos ¿tenés novia?
    ¡Sonamos! Demasiado pronto.
    -Y… no…, soy casado…
    -Ah, qué bueno…
    ¿Bueno? ¿Por…? No dije nada, ¿qué podría decir?
    -Me gusta que me lo hayas dicho, quiere decir que sos honesto y fiel…
    No le iba a decir las veces que me acosté con otras, nada más que por placer.
    -Bueno…, no me gusta engañar, no me siento bien, sobre todo cuando la mujer que me gusta no se merece que la engañe. Vos aceptaste venir conmigo sin problemas, no es justo que te mienta.
    -Si, tenés razón, pero acepté porque me pareciste eso, justamente, honesto y fiel. No andabas chichoneando con el resto de las chicas.
    -Pero… Emi…, no pueden competir contigo… -Trataba de ser amable y “levemente” entrador. No le iba decir que ninguna tenía sus tetas y su culo. Eso para más adelante.
    -Ja, que amable… - Emi sonrió y me miro como para derretirme. 
    -En verdad, te digo que podría ir a mi casa de manera más directa y rápida que por Pacífico…, pero no quería perder el placer de tenerte de compañía…
    -No me digás eso, me halagás y me mortificás…
    -No es para tanto, el placer de sentir tu aroma supera todos los ...
    ... inconvenientes. 
    -¡Qué exagerado!
    -Y ahora te quiero llevar hasta tu casa…
    -Ni se te ocurra, ¡cómo vas a hacer eso!
    -Por el placer de hacerlo, nada más. No te voy a raptar, pero no paro hasta que me digas que recorrido tengo que hacer…
    -Es una barbaridad…
    -Decime la dirección.
    Me dijo donde vivía –más o menos, entre “ésta y ésta”, nada más, y me preguntó dónde vivía yo. Ya en tren de “confidencias” hablamos de nuestras ocupaciones, de la carrera, del trabajo, de la familia…
    Cerca de su casa me pidió, con amabilidad, dulzura y complicidad, que la dejara dónde podría tomar el colectivo que la llevaba hasta su domicilio. No pregunté por qué, pero como no llovía, le di el gusto y Emi me indicó donde dejarla.
    Me detuve unos metros de la parada y en el momento de despedirnos, me saqué los anteojos y se los saqué a ella. Sonrió y volvió su rostro hacia mí. 
    Nos besamos en la boca.
    -Gracias Dany, sos un amor.
    El hielo no solamente estaba roto, estaba empezando a hervir. Esperé que viniera el bus y subiera, luego de un caluroso saludo con la mano. ¡Todo es cuestión de paciencia!
    Cuando iba para casa me vino la ocurrencia: ¿por qué no quería que la llevara hasta la casa? ¡No querría qué la vieran bajar de un auto que no es taxi! ¿Estaría casada? ¿Y el dichoso novio entonces? Sería bueno, estaríamos empatados, no habría competencia ni obligaciones, ni compromiso, una barbaridad! Te imaginarás lo ansioso que estaba esperando la próxima clase.
    Pero pasó lo que pasa siempre cuando me ...